Este material tan presente en las infancias de los niños se deja de utilizar cuando uno alcanza la madurez. Ya siendo adultos, y según el pensamiento convencional, no tiene sentido seguir pintando con pinturas de dedos cuando hay otras cosas que hacer. Creo que es un grave error pensar cosas así y dejar de hacer actividades como esa. Más que nada porque siempre se ha dicho que la creatividad es alimentada por el niño interior de cada uno, y la pintura de dedos alimenta a ese niño interior del que hablamos.
Menos mal que hay casos de personas que deciden seguir a su niño, y seguir con esa pintura, sea de dedos o de otro tipo. Hablamos del caso de Iris Scott.
Esta artista decidió utilizar el pensamiento lateral y sustituir sus pinceles por sus dedos, básicamente por pereza. Viendo que tenía que pintar cada dos por tres las dichosas herramientas, decidió probar a pintar con los dedos, obteniendo unos resultados muy buenos con los que quedó más que satisfecha.
Y lo dicho, hablamos de obras con miles y miles de "dedadas" (que no pinceladas) que, bajo un estilo impresionista, y unos colores escogidos cuidadosamente, crea un efecto increíble. Iris Scott se ha atrevido no sólo a cambiar su técnica sino también se ha atrevido a representar elementos como el agua, paisajes, objetos y personas, todo ello bajo una óptica muy colorida y de grandes contrastes.
Esperamos ver mucho más sobre esta artista que respira creatividad por todas partes.
[Caso visto en Upsocl]