Hoy nos acercamos hasta Connemara, en concreto hasta la Abadía de Kylemore y el fiordo de Killary. A la Abadía no entramos porque valía 11 euros y no nos llamaba demasiado, pero sí que cogimos el barco por el fiordo y nos arrepentimos un poco porque nos costó 21 euros por persona y no fue nada del otro mundo.
Después de descansar un poco en el hotel nos fuimos a pasear por Galway. La verdad, no es una ciudad bonita, pero te acaba enamorando por el ambientazo que hay y por todos los locales chulos en los que te gustaría comer o tomar algo. Lo más bonito es la Shop Street, cambia de nombre según avanzamos por ella, pero parece ser que los de Galway se refieren a ella como Shop street. Es la más importante del Latin Quarter y en ella hay un montón de locales y tiendas de souvenirs. Lo primero que hicimos fue ir a merendar a un sitio que venía recomendado en la guía y que luego supimos que había ganado varios años el premio a la mejor tarta del oeste de Irlanda. Se trata del Goya´s Bakery. Un trozo de tarta de chocolate, uno de red velvet, un café con leche y un té de mango y fresa, 12, 80 euros!! Sí, caro, lo sé, pero aquí pocas cosas son baratas en comparación con nuestro bolsillo.
Llegamos al Spanisch Arch, en obras, y luego nos dirigimos al pueblo de pescadores que acabó originando la ciudad de Galway, el Claddagh. No tiene ningún edificio ni monumento que destaque, pero, en su conjunto, nos gustó.
Tras seguir deambulando por el centro e intentar varias veces probar las famosas patatas del McDogahs y encontrarlo siempre a reventar, nos fuimos a tomar una pinta a uno de los pubs más famosos y con un par de siglos de historia, el King´s Head. Nos defraudó un poco y es que más que un pub es un macrolocal con capacidad para 500 personas y con restaurante incluido en la planta superior.. Música muy alta, camareros no muy agradables y sin encanto.
Para terminar el día y tras buscar mucho donde cenar por el centro y ver precios desorbitados o locales completamente llenos, acabamos en una calle perpendicular a la Shop Street, en el edificio medieval más antiguo de la ciudad y que sirve comida y bebida irlandesa. Comimos bien, por 16.80 los dos. Relación calidad precio más que recomendable.