La entrada a los Acantilados vale 6 euros por persona e incluye el aparcamiento y el acceso a la exposición al centro de visitantes y a un vídeo que proyectan en él. Sí, sé lo que estáis pensando, pagar por disfrutar de la naturaleza? Pues sí, en algunos sitios le ponen puertas al campo.
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Desde el centro de visitantes nos dirigimos hacia la derecha, hacia la torre O´Brien, desde donde se pueden obtener buenas vistas por 2 euros, nosotros no los pagamos porque no es demasiada alta y desde abajo se ven perfectamente los acantilados.
Teníamos pensado hacer el anillo de Dingle, pero lo descartamos por falta de tiempo y cogimos ya dirección a Killarney, en donde pasaríamos esta noche. Por el camino, paramos en el pueblo de Adare, famoso por sus casitas con tejados de paja. Estas casas se construyeron así porque el conde que se hizo con toda el pueblo de Adare trajo obreros de Inglatera y las construyó para ellos, en honor a sus orígenes. Hay varias abadías y el pueblo tiene su encanto.
Sin embargo, todos los locales que veíamos eran caros, hasta que de casualidad nos encontramos con un diner en el que cenamos de maravilla y a un precio bastante asequible. Al salir de allí nos fuimos guiando por la música irlandesa que salía de los pubs y nos metimos en uno de ellos para empaparnos de la música irlandesa.