La película es resultadista como Capello, y populista como Bono (el que querais de los dos) con todo ese marketing y buenas maneras que nos venden desde el primer teaser trailer. Gustará porque es un espectaculo visual y la historia no es exigente como para ponerla contra la pared, simplemente son superheroes pegandose contra supermalos. Aún así la primera película es redonda, con un buen guión y un argumento basado en el origén y creación del personaje. Esta es una mera continuación sin otra mayor pretensión que llegar a los 300 millones de dolares en taquilla.
Los actores no son precisamente unos desconocidos: Robert Downey Jr. siempre suele estar bien, y este papel le viene al pelo, aunque creo que en la escena en que se le va la pinza a Iron Man (fiestecita DJ) se equivocan tanto él como actor, como Favreau, el director. Porque un director esta para estas cosas, para decirle al actor millonario de turno: "Pero no te das cuenta de que esa escena es una gilipollez".
Del resto de actores destacar a Micky Rourke, que es de esos tios que molan porque si. Scarlett Johanson que no aporta nada aparte de un par de buenas razones, y Don Cheadle que intenta poner el punto de sobriedad y disciplina en un mundo de millonarios con jueguetes nucleares, pero tampoco es que lo consiga. Me quedo con Samuel L. Jackson, que realiza la primera aparición en el cine de Nick Furia, personaje esperadísimo por los admiradores de la Marvel. Es increible la manera en que trasmite este hombre su carisma, con tan solo un par de escenas parece que podría abofetear a Iron man como si fuera un niño de preescolar