Kevin Feige, jefe de producción de los estudios Marvel, trazó una hoja de ruta cuando tomó el control de la división cinematográfica. Las películas que serían producidas directamente por Marvel, iban a definir un camino conjunto de interrelación entre personajes con el objetivo de sacar partido del amplísimo universo de historias y argumentos que acumula la factoría desde los años 60.
Pero, a la vez, cada película no iba a ser un simple episodio de una trama sino que tendrían vida por ellas mismas, con argumentos conclusivos, de manera que tanto el espectador conocedor del universo Marvel como aquel que busca entretenimiento, sin tener referencias previas, iba a encontrar lo que buscaba.
Los resultados han sido buenos. Iron Man y El Increible Hulk, estrenadas en 2008, marcaron unos niveles altos de calidad y se situaron entre las mejores adaptaciones de comic que ha habido (seguramente son las mejores sobre personajes de Marvel). La apuesta por realizadores innovadores, guiones solventes e intérpretes de categoría, funcionó eficazmente especialmente con Iron Man. También se establecieron las primeras conexiones entre personajes y surgió alguien clave en la mitología de los comics, Nick Fury, que va a ser el catalizador de este plan maestro que tiene un destino inequívoco: el film sobre Los Vengadores que llegará en 2012.
Pero este año, dentro de este plan excelentemente diseñado, tocaba Iron Man 2. La primera entrega había sido muy interesante por lo que el listón estaba alto para una secuela. Pues bien, la valoración, tras haberla visto, es muy positiva. Mantener a Jon Favreau en la dirección ya era una garantía y, desde luego, el carisma de Robert Downey Jr. como Tony Stark es el factor principal pero también hacía falta un argumento que propusiera nuevos retos para Iron Man y que, consecuentemente, incrementara el nivel de acción.
El responsable de ello ha sido el nuevo guionista, Justin Theroux. Un actor que, desde hace algunos años, también escribe y que llegó al proyecto de Iron Man recomendado por el propio Downey tras haber sido el responsable del libreto de Tropic Thunder.
Theroux era consciente que el tono del film debía seguir siendo divertido y distendido, ya que esa fórmula es la que mejor le viene a la franquicia de Iron Man tal como ha sido concebida en el cine. Por tanto, ahondó en lo que funcionaba y construyó una historia con nuevos villanos y personajes debutantes, incluyendo algunas referencias sumamente interesantes sobre los próximos superhéroes de Marvel que veremos en el cine: Thor y Capitán America.
Quizá, en el afán de incluir tantos elementos, la película quiere explicar muchas cosas y a veces resulta algo atropellada. Hay alguna escena que podría haber sido prescindible pero la impresión general favorable prevalece sobre algunos momentos concretos.
Robert Downey Jr. ha nacido para intepretar el papel de Tony Stark. Sin él la franquicia no habría tenido el éxito que ha obtenido. Es imposible encontrar a alguien que defina mejor al "genio de la ingeniería y playboy irresponsable".
Con Downey Jr. en estado de gracia, hay algunos personajes que asumen el rol de comparsas. Es el caso de Gwyneth Paltrow (Pepper Potts) y Don Cheadle (que sustituye a Terrence Howard dando vida a Jim Rhodes) que estan correctos en sus papeles, sin más. Pero, en cambio, hay otros que disponen de más cancha para sobresalir. Es el caso del villano Ivan Vanko, a quien da vida otro actor idóneo para el papel: Mickey Rourke. Se trata de un personaje vengativo y brutal que está dispuesto a hundir a Stark hasta los cimientos. Alguien que puede competir con él en el aspecto tecnológico y que representa una amenaza real. Sam Rockwell interpreta a Justin Hammer, un competidor de Stark en el negocio de las armas, que no posee el talento de Tony pero sí unas dosis de envidia y ambición tan altas que le convierten también en un peligro. El papel se encuadra en el tono distendido del film y da muestras de comicidad pero también tiene sus momentos intensos y Rockwell, que es un actor fantástico, realiza un buen trabajo.
Por otra parte la película incluye el debut en la gran pantalla de otra superheroína clasica del universo Marvel. Se trata de Natasha Romanoff alias Viuda Negra, una espía brillante, entrenada para el combate, que en el film es ya una agente de SHIELD enviada por Nick Fury para controlar y evaluar a Tony Stark como futuro miembro de la Iniciativa Vengador. Scarlett Johansson sustituyó a la inicialmente prevista Emily Blunt y la verdad es que su inclusión es un éxito total. Demuestra que es una actriz todo terreno que puede trabajar con Woody Allen y también en el cine de acción (su escena final en Hammer Industries vale la pena) y es obvio que su belleza física cumple a la perfección. Creo, además, que su look con el cabello pelirrojo le favorece especialmente.
Y por su fuera poco, la película cuenta con la presencia bastante continuada de Samuel L. Jackson en el papel de Nick Fury, siendo sus escenas con Tony Stark uno de los momentos fuertes de la película. Mención especial también para John Slattery, que interpreta a Howard Stark a través de unas antiguas grabaciones que proceden de la Stark Expo de 1974. Slattery recoge los mejores elementos que caracterizan a su personaje Roger Sterling en Mad Men y los mantiene para dar vida a otro alto ejecutivo de una época que nos queda ya muy lejana.
Jon Favreau aumenta también su presencia delante de las cámaras con su papel de Happy Hogan y se reserva algún momento de buena comicidad.
En conclusion, estamos ante una buena secuela, que amplía y fortalece la base de la franquicia y contribuye también, de forma significativa, a la creación de expectación ante las próximas películas de Marvel.
Mientras tanto, el año que viene tendremos el debut en la gran pantalla de Thor y Capitán América. Dos superhéroes muy diferentes, con dos argumentos que, por lo que se sabe, van a ahondar en profundidad en sus orígenes. Viajaremos al reino mitológico de Asgard y a la Segunda Guerra Mundial, respectivamente, para llegar a un escenario común que sentará las bases del núcleo central de Los Vengadores.