En esta ocasión, Jon Favreau, ha dejado la dirección de la franquicia, cayendo en manos de Shane Black. Esta tercera entrega del personaje, se sitúa tras los incidentes ocurridos en la batalla final de la película Los Vengadores. Esta batalla ha afectado a Tony Stark. Ha desmoronado su mundo, y se ha dado cuenta de los peligros que le rodean, no solo a él, sino a su compañera sentimental Pepper (Gwyneth Paltrow) . En medio de todo esto, aparece su villano más conocido dentro del mundo Marvel, El Mandarín el cual destroza el hogar de Tony, y le obliga a resurgir de sus cenizas si quiere acabar con él.
Y por supuesto, se nota el sello Disney, y donde más, es las escenas del niño. Para muchos, sobran estas escenas, pero a mi no me ha molestado, y claramente permite acercar a un público más joven a la película.
Algo, tiene que quedar claro, la película no es infantil, pero pueden verla los niños, que no es lo mismo.
En cuanto a los actores, Downey Jr, vuelve a ser el amo de su personaje. Paltrow está correcta, Don Cheadle, encarna bien a Iron Patriot, Ben Kingsley, hace un buen villano, y Guy Pearce, esta convincente. Quizá los únicos que parezca un poco fuera de tono es Rebecca Hall y Jon Favreau, pero tampoco afecta a la película. Realmente, están todos bastante bien en sus papeles.