Siendo niño tuve una desagradable sorpresa al enterarme de que nuestro Sol era algo llamado “enana amarilla” y de que las personas cultas lo tenían por un miembro insignificante de la Vía Láctea.
Siendo niño tuve una desagradable sorpresa al enterarme de que nuestro Sol era algo llamado “enana amarilla” y de que las personas cultas lo tenían por un miembro insignificante de la Vía Láctea.