Mucho se ha escrito sobre que es lo que ocurrió en realidad entre Newton y una manzana cayendo. La verdad, o por lo menos la de un testimonio de primera mano, la relató el doctor William Stukeley, físico y amigo de Newton, en la biografía que le dedico, llamada Memorias de Sir Isaac Newton (1752), Stukeley visito a sir Isaac cuando este ultimo ya era mayor y describió una conversación que tuvieron:
“Después de cenar, el tiempo era cálido, fuimos al jardín y tomamos té, a la sombra de unos manzanos solos él y yo. Entre otras conversaciones, me contó que estaba precisamente en esa misma situación cuando por primera vez le vino a la mente la noción de la gravitación. Debido a la caída de una manzana se quedo en estado contemplativo. ¿Por qué la manzana debe descender siempre perpendicularmente a la tierra? pensó para sí mismo ¿Por qué no va hacia un lado o hacia arriba, sino constantemente hacia el centro de la tierra? Seguramente, la razón es que la tierra la atrae. Debería haber una fuerza de atracción en la materia: y la suma de las fuerzas de atracción en la materia de la tierra debería estar en el centro de la tierra, y no en otro lugar de la tierra. Por esto esa manzana cae perpendicularmente, o hacia el centro. Si la materia atrae así a la materia, debe ser en proporción a su cantidad. Por tanto la manzana atrae a la tierra tanto como la tierra atrae a la manzana. Así que hay una fuerza, como la que aquí llamamos gravedad, que se extiende ella misma a través del universo.
Y así gradualmente comenzó a aplicar esta propiedad de la gravitación al movimiento de la tierra y los cuerpos celestes, considerando sus distancias, magnitudes y revoluciones periódicas; para encontrar que esta propiedad conjuntamente con un movimiento impuesto en ellos en un principio, resolvía perfectamente sus cursos circulares; conservándose los planetas cayendo los unos con los otros, o todos juntos cayendo hacia un centro; y así desplegó el universo. Este fue el nacimiento de aquellos descubrimientos asombrosos, por medio de los cuales él edifico la filosofía sobre un fundamento sólido, ante la perplejidad de toda Europa.”