Al parecer, la misma magistrada que no entendió tipificada en el código penal la acción del “escrache” a la vicepresidenta del gobierno, denunció, siendo asesora de Dª Bibiana Aído, cartas insultantes para la entonces ministra de igualdad. Esto marca una diferencia en la apreciación de ciertas acciones dependiendo de que sean dirigidas contra políticos del PSOE o del PP; de este modo, el actuar en contra de las ideas políticamente correctas del progresismo militante, merece una denuncia social y judicial que no es aplicable en el caso de que la perjudicada sea la Sra. Saenz de Santamaría, pues en ese caso, se trataría de un ejercicio democrático.
Esta doble vara de medir, a la que hemos hecho referencia en incontables ocasiones en este espacio, tiene especial relevancia en el caso de Dª Isabel, que arrastra sus ideas políticas con la toga y las puñetas. La justicia, como la pintan, es ciega y Su Señoría debería olvidar las filias y fobias personales antes de entrar a la sala y redactar las sentencias sobre los asuntos de su competencia; en otro caso, la excedencia es una salida razonable y estoy seguro de que la formación política con la que simpatiza, le abrirá sus puertas hacia otro tipo de futuro profesional.