Don Isidro López es un flamante diputado de la Asamblea de Madrid por Podemos. El pasado día 28 de abril mantuvo la anterior conversación por Twitter con un adversario o rival político.
Cabe hacer pocos comentarios a los insultos y a las amenazas vertidas en una red social por el nuevo cargo electo. Para hacer política no es suficiente con tener ideas, es imprescindible cierto grado de diplomacia y de capacidad ejecutiva y no parece que el señor López se adorne con ninguna de las dos virtudes. Disfrutar de la razón por el mero hecho de ser quien hable más alto o profiera más insultos es propio de los bares, no de los parlamentos y no parece que D. Isidro esté llamado a formar parte de la política de barra, sino de sillón parlamentario, y eso exige bastante más que llamar gilipollas a un adversario o amenazarle directamente con freirle a impuestos.
Adjunto una foto del susodicho publicada en un medio digital de ámbito nacional, por si alguien lo ve por la calle no se confunda quién es.
Por cierto, a raíz de este acontecimiento la cuenta de Twitter de Isidro López no es pública. Otra señal más de transparencia como decíamos ayer.