ISIS quema a un hombre vivo, la historia se repite

Publicado el 07 febrero 2015 por Antonio Fernández Reyes @tonyfdezryes
Si, ISIS ha quemado a un hombre vivo. Los americanos blancos hicieron lo mismo a miles de negros. En los EE.UU. hubo una práctica “ritual” única que era, al menos, tan horripilante como los castigos “medievales” que ISIS impone a sus enemigos.
ISIS quemó a Muadh al Kasasbeh, un piloto de combate jordano capturado. Le rociaron con un acelerante. Sus captores le prendieron fuego. Muadh al Kasasbeh trató desesperadamente de apagar las llamas. ISIS registró la inmolación de Muadh al Kasasbeh para después producir un video diseñado para intimidar a sus enemigos y luego lo distribuyó en línea. La quema de Muadh al Kasasbeh por ISIS ha sido denunciado como un acto de salvajismo, bárbaro y con una crueldad sin sentido – propio de la "edad oscura" y no del mundo moderno. Pero el excepcionalismo estadounidense ciega a los que comparten su mirada sobre los hechos y verdades incómodos sobre su propio país.
Durante casi un siglo, los Estados Unidos practicó un ritual cultural único que era al menos tan horripilante como los castigos "medievales" impuesto por ISIS en contra de sus enemigos. Lo que ahora se conoce como "linchamiento espectacular", implicó la tortura ceremonial, el asesinato - y sí, la quema de gente viva - de los estadounidenses negros por parte de los blancos. Al igual que el uso de ISIS de los medios digitales para hacer circular imágenes de la tortuosa muerte de Muadh al Kasasbeh por el fuego, los espectaculares linchamientos a negros se compartieron a través de postales y otros medios de comunicación.
Ellinchamiento fue una ceremonia (que no era algo aleatorio o espontáneo; actos de unos pocos blancos dementes con sed de sangre negra), con distintas prácticas, que simbólicamente purgaban el cuerpo del negro en una era donde existía una política de la supremacía blanca. Esta lógica racial continúa en la actualidad con un sistema de discriminación racial en la justicia penal, el asesinato por la policía de los negros y marrones, y cómo el estadounidense blanco apoya tal tratoinjusto.
Los políticos estadounidenses y otros líderes de opinión han denunciado a ISIS y la muerte por dada a Muadh al Kasasbeh. ¿Se aplicaron las mismas normas a los estadounidenses blancos que cometieron actos de violencia masiva contra los afroamericanos a través de linchamientos y matanzas raciales?
La violencia es un rasgo humano. La quema de Muadh al Kasasbeh vivo por parte de ISIS es un acto de barbarie. Sin embargo, no podemos pasar por alto la forma en que Estados Unidos ha llevado a cabo clases magistrales en la violencia y la barbarie, tanto antes, durante y desde su fundación ... y sí, gran parte de esta violencia fue contra la gente de color, cuyo trabajo, vidas, tierras y libertad fueron robadas para crear el imperio estadounidense.
Como ejemplo, sólo hay que buscar en GoogleWaco,Texas linchamiento” y te encuentras con la historia de Jesse Washington (ironía de la vida que el apellido fuera ese):
Jesse Washington fue un joven peón agrícola afroamericano, analfabeto y posiblemente con cierto retraso mental, que fue linchado en la localidad estadounidense de Waco, en la zona central de Texas, el 15 de mayo de 1916, en lo que se convirtió en uno de los ejemplos más conocidos de este tipo de agresiones en Estados Unidos. Washington había sido acusado de violar y asesinar a la esposa de su patrón blanco en un área rural de Robinson, en las afueras de Waco. No hubo testigos de los delitos, pero al parecer se vio a Washington hacia la hora del asesinato en las inmediaciones del lugar del crimen. Arrestado e interrogado de inmediato por el sheriff del condado de McLennan, finalmente confesó el asesinato.
Acusado de asesinato, Washington fue sometido a juicio en Waco en un tribunal atestado de furiosos lugareños. Durante el juicio, Washington se declaró culpable y fue rápidamente condenado a muerte. Después de ser sentenciado, la multitud le arrastró fuera del tribunal y Washington fue linchado frente al ayuntamiento. Más de 10 000 espectadores, incluyendo funcionarios municipales y policías, se reunieron para observar la agresión. Había un ambiente festivo durante los hechos y muchos niños los presenciaron, al ser su hora del almuerzo. Miembros de la turba castraron a Washington, le cortaron los dedos y lo colgaron aún vivo sobre una hoguera. Durante unas dos horas, su cuerpo fue subido y bajado varias veces sobre el fuego. Luego de haberse extinguido el fuego, su torso calcinado fue arrastrado por toda la ciudad y algunas partes de su cuerpo se vendieron como souvenirs. Un fotógrafo profesional tomó fotos mientras se desarrollaba el suceso, lo cual proporcionó imágenes inusuales de un linchamiento en curso. Las imágenes se imprimieron y vendieron como postales en Waco.