Islands – A Sleep & A Forgetting

Por Homeboy

Hoy toca uno de los discos más esperados de este 2012 para el que esto escribe. Y es que el anterior trabajo de Islands fue uno de mis trabajos favoritos de 2009, y a día de hoy lo sigo escuchando regularmente. No es que este A Sleep & A Forgetting tenga mucho que ver con aquél Vapours que tanto me gustó hace tres años, y la verdad es que en un principio me he llevado una pequeña desilusión con él.

Al parecer, Nicholas Thorburn - líder de la banda, y el que prácticamente hace todo – no ha tenido un buen año, ya que acabó con una relación sentimental y se mudó de Brooklyn a Los Angeles  - algo que yo no haría jamas -. Según el mismo, estas canciones hablan de las perdidas y los cambios que muchas veces nos vemos obligados a hacer. Además y, curiosamente, empezó a escribir estos temas el día de San Valentín de 2011, y el disco va a salir justo un año después.  Todo esto se refleja en este cuarto trabajo que es bastante tranquilo, y en el que ha dejado la electrónica  de lado para apoyar todos los temas en el piano.  Vamos, que estamos ante el disco más personal y depresivo de Islands.

A Sleep & A Forgetting es un disco complicado de diseccionar a las primeras escuchas, y según voy escribiendo esto con el de fondo, mi opinión va cambiando. Cuando lo escuché ayer por primera vez, me quede a cuadros – además, me lo puse en gimnasio para correr, y no es un trabajo muy apropiado para eso -. Era lento, no había rastro de las cajas de ritmos de su álbum anterior, y casi todos los temas estaban compuestos por una clásica linea de piano. Con todo, los temas iban pasando – y mis gotas de sudor cayendo – , y no me sonaban nada mal, e incluso veía cosas interesantes con tan solo una escucha.

Hoy, con el disco más meditado, puedo decir que es un álbum que crece y crece con las escuchas, y aunque todavía no me atrevo a decir si es mejor o peor que el resto de su carrera, si creo que es un autentico growner – odio esta palabra, pero es la mejor forma de definir este tipo de trabajos que ganan con el tiempo -.

Desde luego, lo que no se puede negar es que el disco está lleno de canciones de lo más bonitas: In a Dream It Seemed Real, This Not A Song, Oh Maria (¿será esta la novia con la que rompió?), No Crying o Cold Again, son de las que tocan la patata, y aunque a simple vista puedan parecer aburridas, hay que tener paciencia y dar una oportunidad a estos temas. Además, no todo es tranquilidad en este trabajo y también nos deja dos temas en los que la sombra del Bowie más setentero es bastante alargada – Never Go Solo y la maravillosa Can’t Feel My Face -, y Hallways, que casi parece el Lovecats de The Cure.

No es que quiera repetirme, pero creo que de aquí a un tiempo se va a convertir en uno de mis trabajos favoritos de este año, y lo voy a disfrutar muchísimo . De momento lo dejo en un notable.

7,5

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