ISpanYa, la costa de los fundidores de plata. Fenicios en Tartessos.Por Juan Antonio Pérez Meca.
En La Unión, en la sierra de Cartagena, la minería del siglo XIX buscaba los conocidos por los mineros como blanquetes, bolsadas de arcilla muy ricas en cloruros de plata. El hallazgo de una de estas bolsadas en el Cabezo Rajao supuso el renacimiento de las viejas explotaciones romanas.Sin la técnica de copelación no podía extraerse plata de minerales complejos. Y la galena argentífera es un mineral excepcionalmente abundante en varias zonas de la Península Ibérica. Sin ir más lejos, junto a las Herrerías, en Almería, el descubrimiento del formidable filón de plomo argentífero del Jaroso fue el responsable del desarrollo económico de esa zona durante decenios.Los resultados de los análisis de elementos traza (esos minerales secundarios que aparecen en ínfima proporción) de una serie de objetos de plata de varios yacimientos argáricos han suministrado por primera vez una evidencia del uso de plata nativa.
Por otra parte, aunque los fenicios ni eran mineros ni metalúrgicos, accedían sin duda a un amplio conocimiento en todo aquello útil a sus intereses comerciales. Las explotaciones de plomo y de plata como su valioso subproducto tenían una tradición milenaria en Oriente próximo, en Anatolia, donde se han encontrado evidencias en forma de litargirio. Según las escorias de aquellos primeros procesos, debieron explotar óxidos y carbonatos de plata de las monteras de alteración de los yacimientos de sulfuros, es decir, no las galenas argentíferas, sino minerales más superficiales, especialmente la cerusita. Quizá por ello no se han hallado pruebas de que en torno al primer milenio a.d.C. se conociera en Oriente el proceso de obtención de plata a partir de la galena argentífera, es decir, la copelación. Por otra parte, la carga de lingotes de litargirio del pecio de Mazarrón, la presencia de galena en el Cabezo del plomo del propio Mazarrón, o las ya citaf¡das evidencias de este mineral en ma¡ambos yacimientos de Guardamar atestiguan que en el siglo VIII a. d. C. los fenicios copelaban la plata en occidente.