Una operación de las FDI, con el nombre de código “Buenos Vecinos”, ha transferido más de 360 toneladas de alimentos, 112.500 galones de combustible y 50 toneladas de ropa a Siria durante el año pasado, como parte de la ayuda humanitaria a los civiles en la guerra que perdura por más de seis años, según un reciente informe de la FID, el primero desde que se inició el esfuerzo. Un oficial con el rango de Teniente Coronel encabeza la operación, con un equipo de altos funcionarios que son responsables de la prestación de atención médica a los civiles sirios, la transferencia de equipos y bienes a Siria y el mantenimiento de contactos con funcionarios locales sirios.
Según las FDI, más de 3.000 heridos de la guerra civil recibieron tratamiento médico en Israel y otros 1.000 niños llegaron a Israel para someterse a exámenes médicos. Cada semana, un autobús sirio lleno de niños y sus madres llega para recibir tratamiento médico en Israel.
El costo de la ayuda israelí a Siria en 2017 se estima en más de 32 millones de dólares, según un informe de las FDI acreditado por Ha’aretz bajo la Ley de Libertad de Información de Israel. $ 5,5 millones de esta cantidad provienen del presupuesto anual de la FID; $ 26.5 millones provienen de donaciones.
Estas sumas no incluyen el costo del tratamiento médico de civiles sirios que se están llevando a Israel, estimados en decenas de millones de dólares y pagados por los Ministerios de Defensa, Finanzas y Salud.
El equipo transferido a Siria en el último año -de agosto de 2016 a junio de 2017- toca casi todos los aspectos de la vida: medicinas, incubadoras, respiradores, ECGs, dos ambulancias, 600 yardas de tuberías de agua, siete generadores, 100 toneladas de ropa de abrigo, 363 toneladas de alimentos y 1.800 paquetes de pañales.
Al principio, las FDI trataron de desdibujar las inscripciones hebreas en los productos que estaban transfiriendo a través de la frontera, pero después de unas semanas se dieron por vencidos. El volumen de los bienes transferidos era demasiado grande y las etiquetas hebreas no parecían reducir el uso de las mercancías.
El proceso en sí, según la FID, se lleva a cabo sin la participación de los soldados. A los sirios se les ordena que recojan cada unidad de equipos que esperan en la frontera israelí, aunque sea una caja vacía. La razón es que a las FDI les preocupa que los terroristas aprovechen esta muestra de buena voluntad para colocar cargas explosivas dentro de objetos remanentes en el suelo.
El IDF no ve su papel como terminando en el punto de entrega. Los oficiales de inteligencia están encargados de examinar la influencia de los bienes en los mercados locales. Por ejemplo, después de encontrarse con una escasez de harina enviando cientos de toneladas de harina a las panaderías sirias, un equipo de Inteligencia se aseguró de que no terminara en el mercado negro.
Lo que queda por ver es si una generación de sirios que han tomado conciencia de la participación humanitaria de Israel en sus vidas acabaría influyendo en la política de su país hacia Israel después de la guerra.
Fuente: The Jewish Press