Israel merece ser el país más feliz del mundo. Mire cómo lidia con la vida.
Normalmente, no deberíamos confiar realmente en el “ranking de felicidad” que surge de vez en cuando, considerando que generalmente está encabezado por un país europeo frío, oscuro, deshabitado y socialista, donde las personas toman antidepresivos en grandes cantidades y comen muy, muy mal (este año Finlandia encabezó la lista).
Pero este año, ver a Israel en el lugar 11, 7 lugares antes de los Estados Unidos y 12 antes de Francia, con los territorios autónomos de la Autoridad Palestina en el lugar 104, me llenó de alegría y satisfacción.
Los judíos e Israel sonríen todo el tiempo, en la vida y en las caras encogidas de sus muchos y horribles enemigos.
Los primeros diez países en esta lista experimentaron su última guerra hace 70 años. Si no fuera por las amenazas de ISIS en Europa, la única preocupación en estas sociedades sería controlar la deuda pública y el gasto, utilizado para financiar el entretenimiento existencial de sus propios ciudadanos desde la cuna hasta la tumba.
Israel gasta un quinto de su presupuesto nacional en defensa y seguridad.
Hace un tiempo, mientras los desafortunados sirios huían de Ghouta, el enclave en Damasco en el centro de los combates entre las fuerzas de Assad y los rebeldes islamistas, los israelíes corrían en Tel Aviv, participando en su maratón. Ehud Barak entendió muchas cosas mal, pero lo dijo todo cuando llamó a Israel “la villa en medio de la jungla”.
La verdad es que si Israel no hubiera estado en guerra desde 1948, si hubiera podido sobrevivir sin trincheras, sin máscaras de gas, sin jeringas de atropina, sin cúpula de hierro, sin vallas, sin búnkeres, sin terroristas en todas sus fronteras y dentro de sus muros, Israel sería el país más feliz del mundo.
¡Feliz Día de la Independencia, Israel!
Fuente: Arutz Sheva
Articulo de Giulio Meotti