Con la figura de Andrea Pirlo como principal estandarte por sobre cualquier otro aspecto, Italia confirmó una vez más el cambio que está intentando llevar a cabo en su filosofía de juego y si bien pudo vencer a Inglaterra recién en la lotería de los penales, redondeó otra auspiciosa actuación de cara al futuro de la selección no sólo en la Eurocopa, sino también en futuras competiciones.
No se descubre nada nuevo al decir lo difícil que es cambiar una ideología y un estilo de juego histórico en un equipo o en una selección. Pero aún más difícil es cuando ese estilo ha dado más de un buen resultado a lo largo de la historia. Y ese es el caso de Italia, que se ha visto identificada con una forma de jugar poco audaz y poco atractiva a los ojos de los espectadores. Pero desde hace un tiempo a esta parte y en especial en la actual Eurocopa, la Azzurra ha estado intentando dejar atrás el estilo que tantas alegrías le dio, y los resultados parecen haber empezado a llegar.
Con intenciones acordes al enorme potencial de juego que tienen sus mediocampistas, entre los que se destacan Riccardo Montolivo y Claudio Marchisio, principales socios de la ya mencionada estrella Pirlo, Italia propone algo que rara vez hacía hasta hace un tiempo: ser el protagonista del partido incluso ante rivales supuestamente superiores, como lo fue España en la primera jornada de esta competición.
Hoy ante Inglaterra, un grande que que parece haber ahondado aún más la crisis que arrastra hace varios años, Italia pisó fuerte y mostró una clara superioridad sobre su rival, que si bien había terminado en buena forma la fase de grupos, hoy fue una fiel muestra del desorden que vivió meses atrás entre el alejamiento de Fabio Capello y la casi inentendible designanción de Roy Hodgson.
Si bien aún debe preguntarse el porqué de la poca eficacia ante el arco y las dificultades para ganar partidos dentro de los noventa minutos, la selección dirigida por Cesare Prandelli tiene motivos para ilusionarse con una consagración. La próxima prueba será ante Alemania, quizás la única selección que demostró tener lo necesario para sacarle el trono a España.
Dada esta situación, no quedan dudas de que Italia tiene una chance ideal para saber dónde está parada. Luego de jugarle de igual a igual a España, la lógica sería que ante el equipo teutón proponga lo mismo, por lo cual es necesario decir que estamos en la antesala del que puede ser uno de los mejores partidos del año. Pero más allá del resultado, Italia ya ganó. Quizás no se vaya con una copa más para su ya poblada vitrina, pero se irá con la certeza de que ya encontró un camino mucho más cercano al enorme plantel con el que cuenta.