Antes del torneo se observaba una Italia dubitativa. Cesare Prandelli no gozaba de un alto curriculum fuera del calcio (Meter a la Fiore en Champions y Semifinales de la UEFA, un ascenso a Serie A), pequeños éxitos comparados con Lippi o Trapattoni por ejemplo. El equipo parecía más escaso de talento que en otras ocasiones (Ya no viajaba un Totti o un Del Piero), o incluso, donde siempre había destacado, sus defensas parecían menos fiables que los Baresi, Maldini, Cannavaro, Materazzi, Zambrotta... Por si esto fuera poco, surgirían todavía más handicaps. No abundaban los delanteros. Italia posee gran fe en Giuseppe Rossi, pero el delantero del Villarreal tras dos graves lesiones lleva en el dique seco desde noviembre. Cassano, uno de los hombres de mayor confianza para Prandelli tuvo que parar al inicio de temporada por una enfermedad cardiaca. Se dudaba sobre el tiempo de recuperación y en que condiciones se produciría su regreso. Tras 6 meses parado, Prandelli no ha dudado en volver a contar con él. Y el otro delantero sería Mario Balotelli. El díscolo. Apartado a final de temporada en el City, tras mostrar su capacidad de hacer genialidades con la pelota como actuaciones de cerebro mal encauzado, pelearse con compañeros, situaciones fuera del campo... Prandelli tampoco dudó. Supermario entraba en sus planes y le citó para la Euro y le otorgó los galones para tirar del carro de esta Selección.
El equipo comenzaba su preparación. No partía entre los favoritos en comparación con España, Alemania u Holanda, o incluso con Francia y la Portugal de Cristiano Ronaldo. Pero siempre hay que contar con ellos. Por si fuera poco, en mitad de la concentración previa, se destapaba un escándalo de apuestas ilegales y amaño de partidos. Criscito, jugador del Zenit de San Petersburgo era apartado del equipo cuando partía como teórico titular. Muchas dudas sobre como afectaría esto al equipo. Aunque, ya había precedentes en el 82 y en 2006, que los jugadores son capaces de abstraerse de todo esto y cuajar grandes campeonatos.
La Euro no resultó sencilla. Se temió un posible Biscotto entre España y Croacia que hubiera dejado a los italianos. Finalmente no se produjo, Italia, como habitúa, superó la fase de grupos con problemas, pero a partir de ahi, fue in crescendo hasta plantarse en la final. Superó una tanda de penaltys contra Inglaterra y derrotó a la favorita Alemania, que además era la que había ofrecido un juego más vistoso y hoy se verá las caras con la campeona del Mundo. No es la favorita. No... Pero eso se ha visto que importa poco.