era un viernes especial en muchos aspectos, no solo por poder tener a Querido y a Iván Ferreiro en este escenario, sus directos fueron muy especiales y volvió a vivirse una experiencia única en este recinto, de la misma manera poner en valor como el equipo del Botánico dio chubasqueros para el que la gente pudiera llevar menor la lluvia.
Seguiría el concierto en una segunda parte en la que cabría destacar que, como ya comentaron) no habría espacios a temas extra (concierto de principio a fin). En esta segunda parte quedaba espacio para canciones como El equilibrio es imposible, En el alambre o M donde colaboraría Andrés a las voces (quizá el momento más mágico del show), S.P.N.B., Años 80, La humanidad y la tierra o Turnedo que permitieron cerrar el concierto por todo lo alto. Quedó latente la magia de esta banda, como transforman las canciones y como hacen que suenen en directo de manera especial, siendo esa versión mágica donde esos pequeños maticen hacen que las canciones sean más grandes.
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