La persecución franquista a la Orden Masónica (1940). Documento 2ª parte
La Plancha sigue de esta manera ...
Decían así: Cinco siglos de la Historiay un pueblo que, en su vibrar,libre en sí, supo encauzarlos destinos de su gloria,deshacen su trayectoriay se anula el siglo veinte.
-"¡Siglo quince, es el vigente!...-pregona inmundo graznido-Y España toda, es un nidode Inquisición renaciente.
Mancebías y cuarteles;sumisión al extranjero;cárceles, "Nobleza" y Clero,y al "paredón" los "infieles".
Leyes sádicas, crueles,que secuestran sin piedadpensamiento y libertaden nombre de un Dios Eterno.Y a esto llaman... "Gobierno"...¡Y asiente la Humanidad!...
¡Pobre España!... -¡Te han vendidocomo al Dios crucificado!...-¿Quién tu sangre ha derramado?...-¿Quién en tu honor te ha ofendido,haciendo del suyo olvido?...-¡Malos hijos te salieron!...-Malos, también, los que fuerontus amigos y rectores!...¡Falsos todos sus amoresque unos y otros te ofrecieron!
"¿A quién, pues, queridos hermanos, ha podido causar extrañeza esta disposición persecutoria contra la Masonería en España?
Siempre los malos temieron a los mejores. ¡Tales son de graves sus pecados!
Y si de nuevo viniese a la tierra el mismo Cristo de Nazaret, otra vez lo crucificaría en aras de inconfesables intereses y egoísmos, esta sociedad de fariseos que se hace llamar "cristiana". Porque el reino de Jesucristo, no era de este mundo, -dicen que decía él en tanto que el reino del fariseísmo no lo es del otro, sino de este, y bien apegadito a este y a este y a todas sus más bajas pasiones y concupiscencias.
·. O.·. F.·. A.·.)
La Plancha sigue de esta manera ...
Decían así: Cinco siglos de la Historiay un pueblo que, en su vibrar,libre en sí, supo encauzarlos destinos de su gloria,deshacen su trayectoriay se anula el siglo veinte.
-"¡Siglo quince, es el vigente!...-pregona inmundo graznido-Y España toda, es un nidode Inquisición renaciente.
Mancebías y cuarteles;sumisión al extranjero;cárceles, "Nobleza" y Clero,y al "paredón" los "infieles".
Leyes sádicas, crueles,que secuestran sin piedadpensamiento y libertaden nombre de un Dios Eterno.Y a esto llaman... "Gobierno"...¡Y asiente la Humanidad!...
¡Pobre España!... -¡Te han vendidocomo al Dios crucificado!...-¿Quién tu sangre ha derramado?...-¿Quién en tu honor te ha ofendido,haciendo del suyo olvido?...-¡Malos hijos te salieron!...-Malos, también, los que fuerontus amigos y rectores!...¡Falsos todos sus amoresque unos y otros te ofrecieron!
"¿A quién, pues, queridos hermanos, ha podido causar extrañeza esta disposición persecutoria contra la Masonería en España?
Siempre los malos temieron a los mejores. ¡Tales son de graves sus pecados!
Y si de nuevo viniese a la tierra el mismo Cristo de Nazaret, otra vez lo crucificaría en aras de inconfesables intereses y egoísmos, esta sociedad de fariseos que se hace llamar "cristiana". Porque el reino de Jesucristo, no era de este mundo, -dicen que decía él en tanto que el reino del fariseísmo no lo es del otro, sino de este, y bien apegadito a este y a este y a todas sus más bajas pasiones y concupiscencias.
Fotografías: © Uwe Walter
Es así entonces que siendo la Masonería una escuela de altas virtudes humanas, un crisol donde se funden y ahogan las extraviadas pasiones del hombre y del cual este sale como concebido en nuevo molde que le diera a su ser estructura y vida espiritual nuevas; como nuevo hombre, ungido por los óleos de la dignidad y de la virtud humanas, es así, pues, decimos que una sociedad y una iglesia donde se predican y practican tan opuestas enseñanzas a las nuestras, han de estimarnos y perseguirnos como a su más irreconciliable enemigo; como si de un nuevo Cristo se tratase.
Es, por lo tanto, la falsa ley que comentamos, una "natural" reacción del mal, contra el bien: del vicio, contra la virtud; de la injusticia contra la justicia; de las tinieblas contra la luz; de la mentira contra la verdad.
Es el triunfo, momentáneo, sí, pero triunfo al fin, de la más abyecta maldad, contra la bondad más humilde y generosa. Es el triunfo del crimen, contra el Derecho...
Expediente del Tribunal Especial para la Represión