Pero este aumento poblacional no solo se ha debido a causas naturales, sino que en algunas zonas de España, se han soltado jabalíes procedentes del centro y norte Europa porque los cazadores deseaban cazar animales de mayor tamaño. Esta práctica ha sido prohibida hace unos pocos meses por la Unión Europea debido a riesgo de transmisión de la peste porcina.
Paralelamente al aumento de sus poblaciones, ha aumentado el número de daños a las propiedades humanas, que en el caso de Asturias se concentran sobre todo en los prados y las huertas y que en algunos años ha supuesto el pago de más de 800.000 euros por parte de la administración asturiana, pero curiosamente, y a pesar de las noticias aparecidas en prensa, después de un repunte en los daños durante la primera década del siglo XX, entre 2012 y 2016 los daños se redujeron un 36% y los pagos, un 33%.
En cuanto al tipo de daños, más del 60% de los mismos se pagan por los desperfectos ocasionados en prados de siega y de diente, donde los jabalíes excavan con sus hocicos para desenterrar raíces y bulbos. Y no se puede negar que viendo los resultados de una fiesta nocturna de un grupo de jabalíes, son muy efectivos en su trabajo. En el siguiente vídeo podéis ver la incursión de una familia de jabalíes en el jardín de un amigo mío en Novellana y cómo se esmeran en el trabajo desde pequeños.
Ante los daños de los jabalíes la respuesta de la administración ha sido la de aumentar los cupos de caza de la especie y baste como ejemplo entre 2000 y 2015 se han matado solo en Asturias 116.000 animales y aún así se ha estimado que su población durante el mismo periodo ha pasado de 6.000 ejemplares a 60.000. En el resto de España la tendencia ha sido similar, y solo entre 2005 y 2014 el número de jabalíes cazados en todo el país se había incrementado en un 188% según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente.
A la vista de estos resultados, y tal como comente en un artículo del blog hace unos meses, la caza no parece ser la solución para reducir la población de jabalíes, sino que aunque parezca un contrasentido puede que esté actuando en la dirección opuesta.