Jack El Cazagigantes, una aventura con magia X

Publicado el 20 marzo 2013 por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

No existe prohibición alguna para adaptar historias literarias para la gran pantalla. ¡Vaya! La historia del cine esta plagada de refritos que por algo se anexa el año de estreno para distinguirlas. Inclusive existen nuevas versiones de obras del pasado que son mucho mejores que su interpretación original al grado de recibir reconocimientos de todo tipo. Pero si en algo se han caracterizado este tipo de cintas es su ambición por trascender lo conocido en algo nunca antes visto.

Un compañero del trabajo me pedió mi opinión al respecto de estas “películas de cuentos” y sinceramente le respondí que no existe nada de malo, sólo que no tienen nada de especial. A los pocos minutos de salir del cine te olvidas de su existencia, es más hasta te preguntas: ¿Por qué tanto desmadre para salir con lo mismo de siempre? Se sienten tan huecas, con el único propósito de ser otro estreno más para rellenar la cartelera de las catorce y tantas salas del complejo cinematográfico. Sinceramente, ¿dónde quedó la magia?

Existe un ingrediente primordial que falta en esta nueva etapa de películas basadas en cuentos infantiles y es el aspecto mágico que ha cautivado la imaginación de chicos y grandes. Después del ‘Laberinto del Fauno’ en mi humilde opinión no ha existido otra cinta que por lo menos lo intente. Y es ahí donde cae mi decepción con ‘ Jack El Cazagigantes’,  porque en los primeros breves minutos que dura el prólogo promete que estamos a punto de presenciar algo interesante y resulta todo lo contrario.

Le dí chance, vaya que se la dí. Espere a que el joven Jack (Nicholas Hoult) conociera a el motivo de sus suspiros o como le llaman los plebeyos:  la princesa Isabelle (Eleanor Tomlinson). Me quede en espera a que las semillas mágicas las rocié el agua y así crecieran en una versión más falsa que el gran roble de Totoro. Hasta me entretuve con las actuaciones de sus protagonistas y el siempre simpático Ewan McGregor que por lo visto no tiene ambiciones mayores que las que ser relleno de cintas mediocres. Dentro de la primera mitad existía cierta expectativa a que la película mejore, todavía era precipitado realizar un juicio al respecto hasta que llegamos a la tierra de los gigantes y es donde salen los inconvenientes a relucir.

Es difícil, pero existen evidencias de que los efectos visuales en ciertos casos puede suplantar personas de carne y hueso proporcionándoles una personalidad que nos lleva a dudar de su existencia.  Su uso anteriormente era una herramienta que ayudaba  a narrar una historia, hasta eran la atracción principal, hoy en día resultan ser un fastidio al ser utilizados en exceso.  Repito. No estoy en contra del uso de efectos visuales, al contrario, han  brindado la oportunidad de conocer mundos increíbles, personajes inimaginables, es sólo que no a todos se les da.

En esta ocasión los gigantes son dibujados con cierto aspecto grotesco que difícilmente venderán productos. Una apuesta arriesgada si la vemos desde la perspectiva mercadológica, hasta cierto punto demuestra la seriedad del proyecto aún cuando el objetivo no se logra del todo. El caso es que intentan remplazar a los actores cuando lejos de su diseño no tienen mucho que ofrecer.

Otro detalle que me llamo la atención es el uso de una fotografía demasiado gris, como si todo debería de estar cubierto de bruma para impedir ver algún defecto. Por supuesto que no es ‘Oz’ para chillar colores a casa segundo, es sólo que aparenta ser un filme más serio de lo que es. Para nuestro satisfacción Singer lo compensa con un buen manejo de cámara , con ciertas secuencias en donde ofrece mayor perspectiva al mundo de Jack.

Haciendo a un lado el aspecto visual, la trama tampoco tiene mucho de que presumir. Sin sorpresas que te permitan dudar del desenlace o algún secreto por revelarse, el correr del tiempo se hace lento.  Al parecer la adaptación del cuento clásico se la tomaron en serio y eso es lo triste porque el director Bryan Singer logra brindarles personalidad a sus actores humanos, algo que lamentablemente careció ‘Oz, el poderoso’. Hasta el villano Lord Roderick (Stanley Tucci) resulta ser lo suficientemente entretenido, pero parece que un grupo de ejecutivos del estudio cinematográfico le hizo una lobotomía al director para tirar todo eso por la borda a mitad del camino. Tenía con que para narrar una adecuada historia que brinde ese aspecto mágico, aventurero y sorprendente que hace falta. A cambio prefiere mostrar músculo con un tercer acto salido del ‘Señor de los Anillos’,  con otra batalla épica donde no es sorpresa quien resulta ganador y sólo esperas a que toda la conmoción termine para cumplir con la obligación de haber visto la película.

El punto final, en donde aparece la corona mágica en el lugar inesperado resulta más una grosería a lo que pudo y debió de haber sido todo este asunto. Lamentablemente la idea de que ver gigantes destruyendo por más de 20 minutos un mundo inexistente ya es sinónimo de lo que debe ser una buena película. No hay duda de que habrá un público que saldrá satisfecho, yo sinceramente quería que me dieran semillas mágicas por mi caballo y me dieron píxeles con espadas.

 ★★½☆☆