Desde hace 5.000 años el jade ocupa un lugar de honor en la cultura china. Su simbología lo asocia a la inmortalidad, la perfección y la nobleza, razón por la cual se usa para alejar el mal y en múltiples ceremonias religiosas. Su costo fue tan alto en la antigüedad, que desde entonces indica el estado social del que lo lleva. Según la tradición, cuando un accesorio de jade se rompe es indicio de que la piedra recibió –y bloqueó- la mala suerte, impidiendo que se trasmita a su dueño. En China, se le regala jade a los hijos, cuando se casan, para protegerlos y traerles buena suerte; o a los socios, para asegurar el éxito del objetivo común.
Hong Kong es el equivalente a un inmenso centro comercial donde ir de compras es la actividad por excelencia. Tiene más joyerías que cualquier otra ciudad del mundo y en todas, esta piedra preciosa aparece en anillos, pulseras, colgantes, amuletos y pendientes. Pero si se quiere encontrar piezas talladas menos comunes e impregnase de una atmósfera especial hay que acercarse a Jade Market, en Kowloon.
El mercado del jade se encuentra situado en la intersección de Kansu Street y de Battery Street y cuenta con innumerables puestos. No todos venden jade auténtico por lo que hay que tener cierto cuidado a la hora de adquirirlo. Pero es imposible salir con las manos vacías porque cada objeto es tentador.
Sin dudarlo, los ornamentos de jade reflejan una parte importante de la China misteriosa y ancestral; la que se desarrolló a lo largo de los siglos. Llevarse uno de Hong Kong será el mejor recuerdo.
Las imágenes de Jade Market pertenecen a David Boté Estrada