Así da comienzo esta novela:
Con sus botas nuevas, Joe Buck medía metro ochenta de estatura, la vida era diferente. Al salir de la zapatería de Houston algo resonó en la mitad inferior de su cuerpo: una especie de fuerza que no conocía, y que había empezado en su pelvis, haciéndole sentir el mundo que le rodeaba. Los músculos nuevos entraron en juego en sus caderas y sus piernas, y tuvo un conocimiento exacto de su nueva actitud al dirigirse hacia la acera. El mundo estaba allí abajo; él aquí arriba, en lo más alto, y el espacio existente entre él y el mundo lo gobernaba un animal hermoso y extraño, él mismo, Joe Buck. Era un tipo fuerte. Estaba excitado. Estaba dispuesto.
James Leo Herlihy. Vaquero de medianoche. Ediciones Picazo, 1974. Portada: Alberto Santaló. Traducción de Miguel Giménez Sales.