El 24 de marzo de 1943, Baalsrud y otros 11 comandos partieron hacia Noruega en el pesquero Brattholm. Con una doble misión; destruir una torre de control aéreo de la Luftwaffe en Bardufoss, y reclutar combatientes de la resistencia noruega. A su llegada debían entras en contacto con un miembro de la resistencia, pero dieron con un hombre que los denunció a los alemanes.
El 30 de marzo, el Brattholm fue atacado por una patrulla alemana. Baalsrud y su equipo detonaron las ocho toneladas de explosivos que trasladaban a bordo y trataron de escapar, pero tras nadar en las aguas heladas hasta la orilla fueron capturados por los alemanes, solo Baalsrud logró huir pero tras recibir un disparo en el pulgar de su pie derecho.
La familia Idrupsen, estaba reunida cuando el pesquero saltó por los aires. Huyeron para quedarse con unos familiares, pero esa misma noche, la hija mayor y su primo llegaron con Baalsrud empapado y medio congelado.
Si los alemanes encontraban a Baalsrud, todos estarían muertos, pero la familia Idrupsen decidió ayudarle. Tenían que llevarle hasta la Suecia neutral, pero no sería fácil.
Baalsrud con el rey de Noruega
Para mantener a salvo a los que lo ayudaron, nunca dijo de dónde venía, y cuando se iba, nunca les dijo a dónde se dirigía. Fue trasladado de una familia a otra hasta que comenzó a subir el monte de Jaeggevarre de más de 1.800 metros. Equipado con ropa de abrigo, botas y esquís, subió la montaña, pero una avalancha lo lanzó ladera abajo y lo cubrió de nieve.Desaparecieron sus botas, sus esquís y su comida. Pero lo peor era que estaba cojo, había desarrollado ceguera por la nieve y comenzaba a sufrir alucinaciones. A duras penas, llegó al pueblo de Furuflaten y se topó con la casa de la familia Gronvoll, que pertenecían a la resistencia.
A pesar del riesgo, los aldeanos escondieron a Baalsrud en un granero, al que Jan llamaba "Hotel Savoy". Debían volver a él, pero una tormenta los mantuvo alejados durante varios días. Para entonces, los dedos de los pies de Baalsrud se habían deteriorado por la congelación y la gangrena producida por la herida del disparo mal curada. Temiendo que la infección se propagara, se vio forzado a realizar algo drástico.
Se cortó las puntas de los dedos para que sangraran y como el dedo gordo de su pie izquierdo se había gangrenado él mismo se lo amputó. Finalmente, lo trasladaron a otra aldea y, desde allí, a una cueva en el valle de Skaidijonni, donde otra tormenta le mantuvo aislado durante casi un mes. Pasó el tiempo amputando el resto de sus dedos de los pies y pensando en el suicidio.
Para entonces, pesaba apenas 40 kilos. Tardó seis meses en recuperarse, y tuvo que aprender a caminar de nuevo. Tras la recuperación, regresó a Escocia para entrenar a comandos. Regresó a Noruega para luchar nuevamente y ver su país liberado en 1945.
Por su lealtad y servicio, Noruega le otorgó la Medalla de St. Olav con Hojas de Roble. Entre 1957 y 1964, fue presidente de la Unión Noruega de Veteranos con Discapacidad (Krigsinvalidforbundet). Falleció en la isla de Tenerife (España) en 1988, a los 71 años.
Las líneas aéreas Norwegian Airlines tiene uno de sus aviones dedicado a Jan Baalsrud y su impresionante aventura fue llevada al cine en 1957 (Ni Liv: Historien om Jan Baalsrud), en 2017 (Den 12. mann) y en un documental.
Para saber más:
Nosotros morimos solos, de Davis Howarth
Nordlige Folk
The Sidney Morning Herald
Wikipedia
Den 12 Mann
Northern Norway
NRK TV