JAQUE DE TALAVANTE (Crónica 4ª de abono de la Feria de MÁLAGA)
Plaza de Toros de Málaga
Miércoles 20 de agosto / 4ª de abono / Casi lleno
Se lidiaron 6 toros de Victoriano del Rio, desiguales de presentación. Mejores presentados 1º, 3º y 6º. Muy justos 2º y 5º e impresentable por chico y anovillado el 4º. En líneas generales fue una corrida noble pero descastada. Valieron todos menos el primero que se acabó muy pronto y el cuarto que se rajó.
El banderillero malagueño Juan José Trujillo se desmonteró, con música incluida, en el sexto de la tarde.
JAQUE DE TALAVANTE
Por José Daniel Rojo
Anda Talavante mosqueado con algunos de sus compañeros figuras por hacerle el vacío en esta temporada 2014. Antes fue el G-10 y ahora el G-5, el caso es que cada grupito de toreros que se alía, acaba siempre haciendo aguas. No termina de afianzarse el maldito punto G, –taurino, entiéndase por favor-. El torero extremeño cree que alguien obra en su contra, y asimismo lo manifestó hace unos días en su cuenta de twitter, contrariado por los pocos paseíllos que suma a estas altura de la temporada. No le falta razón. Algo similar ocurre con Miguel Ángel Perera, que después de abrir en dos ocasiones la puerta grande en la pasada feria de San Isidro, no ha encontrado la recompensa esperada en número de contratos. Algo sucede, está claro.
Sin embargo, los toreros guardan siempre un as bajo la manga para poner a cada uno en su sitio y ganar batallas que otros promovieron. Cada tarde, con capote, espada y muleta pueden luchar en busca del sitio y trato que verdaderamente merezcan. Y Talavante se tomó la tarde de ayer en Málaga como una cita para reivindicarse. Para luchar, toreando; para hablar, también toreando. Un jaque en toda regla contra todo aquel que, con maniobras sucias de despachos, pretenda quitarle el pan. Así lo piensa Alejandro y así lo presenció el público que llenó los tendidos de La Malagueta casi en su totalidad. Con esa claridad de ideas recibió el torero al tercer toro de la tarde. Un animal que se vino arriba en la muleta y al que construyó una interesante faena donde hubo toreo ceñido, pasándose al toro cerca, buenos naturales, bien también con la diestra y remates muy pintureros. Talavante puso lo que le faltó al toro, porque el animal era un descastado de categoría pero que pareció mejor por las manos que lo mecieron. Unas bernardinas como epílogo y un cambio de mano extraordinario. Tenía la oreja ganada con fuerza –hubiese sido la más meritoria de la tarde- y la perdió por su desacierto con el verduguillo.
En el sexto decidió empezar el trasteo con la pañosa atornillando las zapatillas sobre el amarillo albero para que pasara el toro con unos estatuarios que, ya de entrada, metieron al público en la faena. El animal, descastado que se dejó, iba rebrincado y el extremeño lo fue metiendo en la muleta ligando las series sobre todo al natural, por donde pareció sentirse más agusto el torero. Extremadamente elegantes fueron los cambios de mano. Construyó una faena de mas a menos y se le premió con una oreja que resultó algo benévola, pues faltó posiblemente un poco más de rotundidad y pinchó antes de dejar una estocada. En cualquier caso, imagen muy positiva de este Alejandro Talavante y muy alejada de aquel torero cabizbajo de hace unos años.
En cuanto a la corrida que Victoriano del Río mandó para Málaga, no hubo sorpresas. Toritos criados a gusto de estas figuras que exigen el medio toro, cómodo de pitones, noblote, y que no de mucho la lata. Que para las duras ya están los modestos.