Jaque mate con peón

Publicado el 26 enero 2015 por Ángel Santiesteban Prats @AngelSantiesteb

El Presidente Obama y una parte de los disidentes cubanos, como otra en el exterior del archipiélago, han optado por el camino más cercano, midiendo desde el lugar que estamos, al aceptar que el gobierno de los Estados Unidos comience las relaciones diplomáticas con la dictadura que gobierna Cuba.  Y es como olvidarnos de dónde venimos, es obviar a José Martí, Luz Caballero, Varela, y tantos que nos enseñaron a pensar. Si fríamente entendemos que esas relaciones entre gobiernos significa la permanencia en el poder de un régimen totalitario, máxime cuando repetimos ejemplificando que los Estados Unidos mantienen relaciones con China y Vietnam, entonces estamos reconociendo que aceptamos ese estatus para Cuba. Si un cubano, sobre todo disidente, es capaz de aceptar esa posibilidad, entonces él mismo se está poniendo la soga al cuello y condenando la libertad de Cuba.

Ni siquiera para los Estados Unidos es recomendable tener ese compromiso con un enemigo ideológico tan cercano, porque no es lo mismo que tenerlos en continente asiático.

Por supuesto que Obama debe saberlo, como también sabe que los republicanos se lo impedirán, por lo que tiendo a creer que el actual Presidente está jugando al “papel bueno” y dejando la posición negativa para el partido rival. Ni siquiera creo que se trate de una venganza por todo lo que le han hecho sufrir en sus dos mandatos, y lo creo puesto que el Presidente ha decidido hacer todos esos cambios, una vez que culmina su segundo mandato. Me inclino a pensar que es una jugada maestra para ayudar a la reelección de su partido en las próximas elecciones, por lo que es triste pensar que en realidad el mandatario norteamericano no está pensando realmente en los millones de indocumentados que existen dentro de su país. Ni siquiera el “Obamacare” fue pensado para sus compatriotas más desprotegidos; entonces, ¿qué podemos dejar para los cubanos? Por supuesto que engañó a la disidencia cubana con la que se comprometió a respetarla en caso de alguna negociación con el régimen.

No podemos ser ingenuos e imaginar que somos influyentes, necesarios, aportadores en el rejuego político. Solo somos una pieza en el tablero ajedrecístico, un peón que mueven para una estrategia, sino mayor, al menos de más interés particular.

No olvidar que, por lo general, un peón es protegido por otro, y en esa medida, estaremos a mejor salvaguarda de los tiempos que se avecinan. Que la disidencia se una, conversemos, busquemos el mejor consenso posible, será nuestra única salvación. Pensar en el país sin egoísmos personales es el camino que nos enseñaron aquellos que hoy estudiamos su trayectoria. Y se debe aceptar la realidad; eso seria un buen comienzo.

Si logramos esa unidad, hay que inferir que no volverán a subestimarnos, y por lo que hoy nos sacrificamos, se obtendría el fruto que todos soñamos.

Ángel Santiesteban-Prats

Enero de 2015. Prisión Unidad de Guardafronteras Jaimanitas, La Habana.