Jarabe de palo

Publicado el 03 septiembre 2014 por Vigilis @vigilis
Porque Rusia tiene una gasolinera para barcos allí, la OTAN no intervino en Siria. Y ese país lleva tres años en una compleja guerra de múltiples facciones enfrentadas entre sí que ya se ha cobrado casi 200.000 víctimas. Es curioso pero no sorprendente que el Estado Islámico que comienza como facción de Al Qaeda en Iraq, se vaya haciendo fuerte desde el repliegue aliado de Iraq y le salgan alas tras el triunfo diplomático ruso.

Desfile del 9 de mayo de 2014 en la Plaza Roja de Moscú (fuente).

Si tal como dice el estado fallido más grande del mundo la no intervención occidental en Siria trataba de evitar un conflicto mayor, no me explico cómo los rusos entraron con sus soldados borrachos en Georgia en 2008 cuando ese pequeño país daba muestras de querer acercarse a la OTAN. Si realmente Rusia no busca el conflicto, por qué entra en guerra con Ucrania. Cuando uno hurga en los conflictos más aberrantes de la actualidad siempre acaba encontrando a Rusia al final del camino.
Veamos por ejemplo Libia, país que desde la caída de su dictador no es que vaya a peor sino que evidencia lo mal que estaba y que sigue estando. Las empresas rusas (es decir, el entramado mafioso moscovita) ha sufrido pérdidas millonarias en el país mediterráneo tras la guerra civil. El débil gobierno post-Gadafi que colocaron los occidentales en Trípoli pierde hoy terreno frente al habitual grupo de barbudos sin ropa interior. Puede que haya alguna relación entre esa pérdida rusa y el actual intento de derrocar al gobierno libio. Claro que también uno acaba encontrando lo que quiere encontrar.
Como por ejemplo, la presunta colaboración entre el actual líder de Al Qaeda y los servicios de inteligencia rusos.

Me gusta andarme con segundas y a lo mejor no se pilla el mensaje.

Pero retomando la visión de conjunto tenemos un buen pifostio montado en Iraq y Siria. En Iraq el gobierno regional kurdo que es abiertamente prooccidental (e incluso proisraelí) y que está llamado a desempeñar un papel fundamental en el mercado internacional de petróleo, surge como una punta de lanza occidental en el flanco sur del Cáucaso, zona que conecta de forma continua con el Kurdistán iraní.
En Siria es conocido que mantener a toda costa al dictador amigo de Rusia es trendy en Moscú desde 2011.

No sé si se me entiende.

En Ucrania, país que fabrica cierto material militar para el ejército ruso y que cuenta con una base naval de gran importancia para Moscú, los rusos no han tenido reparos en emplear a su ejército (se conoce que son de gatillo fácil pues ni tienen prensa independiente ni sus líderes le dan tanto valor a la vida humana como nosotros).
La mala cabeza o tal vez la resacosa cabeza de la política exterior rusa quizá no haya contado con ciertos factores que escapan a su control: las armas libias que se han repartido todos los grupos de barbudos sin calzones desde Acra hasta Mosul.
Luego por supuesto tenemos otros intereses rusos en su "creciente exterior" (por seguir la terminología de Mackinder). El Sahara y el golfo de Guinea, lugares donde Amarrosa no va a hacer sus programas porque son peligrosos. En Mali, Timbuctú fue liberada por el ejército de Mali con ayuda francesa en enero de 2013, pero nadie sabe lo que ocurre en la vasta región desértica del norte. Una pista de lo que ocurre nos la puede dar el aumento de presencia militar americana en el Sahel. Por esa zona tenemos países productores del uranio que los ecologistas españoles desean que siga importando Francia.

¿Es conspiranoico decir que todo esto está conectado? Sí. ¿Es demasiada especulación pensar que Rusia está detrás de un inmenso plan malvado? Sí. Pero resulta innegable que se puede trazar una línea continua desde los puertos del golfo de Guinea hasta el Cáucaso toda llenita ella sola de purrela decapitadora. Los únicos que se interponen en el medio son curiosamente Egipto e Israel. Aliados de occidente que en Europa tienen mala fama porque pegan tiros. Y ya sabemos que no hay que pegar tiros, que hay que dialogar y llegar a acuerdos aunque encima de la mesa haya un montón de cadáveres.
Pero hay más gente que combate al terrorismo que tenemos en la puerta de casa. Pasó sin demasiado eco la poco exitosa misión conjunta de Egipto y Emiratos Árabes Unidos contra posiciones terroristas en Libia. Para algunos analistas esta operación constituye un recadito para Qatar, a quien se acusa de sufragar grupos terroristas en todo Oriente Medio.
Se nos repiten nombres de grupúsculos terroristas y se nos dice que no son iguales. Los ingleses y belgas que decapitan a periodistas americanos en Siria son diferentes a los fulanos que decapitan a nigerianos sin twitter en Nigeria. Claro. Sigue habiendo clases, aunque sea entre la peor escoria del planeta. Qué queréis que os diga, es muy complicado aprenderse tantos nombres de grupos de caprichosos. Que San Pedro decida.

Le Monde, o sea El Mundo, pero es que los franceses no saben hablar bien.

Y volviendo a Rusia, que en contra de lo que se escucha las está pasando canutas por las sanciones euroamericanas, tenemos que todo esto que está ocurriendo tiene lugar en el extremo suroccidental de sus fronteras y de sus satrapías. Satrapías como Armenia que apoya la separación de Nagorno Karabaj de su vecina Azerbaiyán. O como Transnistria, Osetia del Sur y Abjasia que constituyen una mezcla entre errores históricos e impedimentos geopolíticos para la expansión de Occidente.
Y hay algo más acerca de esta nueva Unión Soviética de chichinabo que boicotea boniatos (¡genios!) y vende madera a la China roja (como una Guinea Ecuatorial cualquiera). Se trata de la pasión que despierta entre la extrema derecha europea (aquí, aquí y aquí). Frente Nacional, Jobbik y otros partidos similares sintonizan RT y ven en el autoritarismo de Putin un modelo a seguir. Un modelo que pasa por hacer frente a la hegemonía americana —como si Rusia jugara en la misma liga— y que desde luego no hace ascos a la persecución de homosexuales, disidentes y de la libertad de prensa. Igualito que Irán, por cierto, claro que en Irán son morería y estos partidos dependen de crecer al albur del odio hacia lo moro tan caro a nuestros vecinos del norte.
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No hay caminos para la paz, la paz es el camino. Excepto cuando tienes la mayor potencia de fuego de la historia: