Revista Arquitectura

Jaume Plensa reflexiona sobre arte, arquitectura y naturaleza en “¿Puedes oírme?”

Por Marcelogardinetti @marcegardinetti
Jaume Plensa reflexiona sobre arte, arquitectura y naturaleza en “¿Puedes oírme?”

Jaume Plensa (Barcelona, 1955) es uno de los escultores españoles con mayor proyección en el mundo. Premio Nacional y Premio Velázquez de Artes Plásticas en 2012 y 2013 respectivamente, sus creaciones ocupan espacios muy diversos en todo el planeta. Ahora un documental, ¿Puedes oírme?, de Pedro Ballesteros, recorre estos lugares junto a su creador, y nos descubre cómo el catalán ha intervenido el espacio público y privado para transformarlo y que sus ocupantes vean cómo el arte puede convertir un simple prado o la entrada a un edificio en un lugar muy diferente, dónde la reflexión, el pensamiento y, en su caso, la belleza se abren paso. Su obra tampoco reuye los espacios lúdicos multitudinarios, como su trabajo en la Fuente Crown, situada en un área de Chicago conocido como The Loop que recuerda a los parques de agua sin profundidad de Vortex.

La sencillez aparente de la obra de Plensa comienza a desplegar su complejidad cuando el artista dibuja el trabajo de interrelación con el entorno para que está pensada; de la misma manera que la sobriedad del cilindro de la ruleta esconde en su mecánica y orden los desvelos de Blaise Pascal por combinar una distribución estadística equilibrada con sus proyectos sobre máquinas de movimiento perpetuo. Es el caso, por ejemplo, de las once esferas que ocupan el vestíbulo del icónico edificio Hudson Yards, y que montó el pasado año, en 2019. Se trata de once volúmenes, de once circunferencias metálicas de diferentes tamaños, desde la más pequeña, de 2,2 metros de diámetro y 600 kilos hasta la más grande, de 5,5 metro de diámetro y tres toneladas, todas ellas bajo el título de "Voices" y diseñadas a partir de las letras de distintos alfabetos. La inspiración de esta obra proviene de Rabelais que reflexionaba sobe el fin de las palabras que se pronuncian, que quedan en suspensión, que no se pueden ver... Las letras de estos distintos alfabetos también quedan en suspensión en el vestíbulo del edificio, encima de sus escaleras mecánicas, para que los ciudadanos puedan verlas flotar.

Una de las grandes dificultades de esta creación fue dimensionar correctamente las necesidades de anclaje de las piezas, para lo que a su instalación precedieron meses de trabajo sobre desarrollos en tres dimensiones y una extensa labor de cálculo para conseguir los puntos de anclaje adecuados. Para todo ello, Plensa contó con la colaboración del arquitecto Llibert Casanovas. Tras esto, vino el proceso de construcción, que se alargó durante año y medio aproximadamente. Las esferas, producidas en Cardedeu, se construyeron en piezas para montar posteriormente, algo que no sucedió hasta que llegaron a su destino. Supervisado por el propio escultor, el montaje fue un proceso arduo que duró unas ocho semanas aproximadamente.

No fue la única intervención del barcelonés en la Gran Manzana. Pocos meses después de que sus esferas ocuparan Hudson Yards, una enorme escultura que sugiere una gran cabeza humana con los ojos tapados por las manos. Situada en la plaza de Rockefeller Centre, formó parte de una exposición al aire libre de la galería Frieze. Bajo el título "Detrás de los muros", esta obra está realizada en escayola blanca y mide más de 7 metros de altura. Una vez más, Plensa busca la relación entre el entorno, los seres humanos y la obra artística, axioma que ocupa la mente del creador al comenzar cualquiera de sus obras.

Jaume Plensa reflexiona sobre arte, arquitectura y naturaleza en “¿Puedes oírme?”

"¿Puedes oírme?" recorre además otras obras de Plensa, como "Julia", la también gigantesca escultura de un busto femenino blanco que estará en la madrileña plaza de Colón hasta diciembre de 2020. La cinta también viaja a otros países en los que han solicitado sus creaciones escultóricas para espacios públicos, como Suecia, Francia, Canadá o Japón, país que el escultor visita con asiduidad y con el que tiene una gran relación. Las intervenciones de Plensa no se limitan, sin embargo, solo a lugares multitudinarios o especialmente concurridos. Es el caso de la isla nipona de Ogijima, una isla de pocos cientos de habitantes, donde situó un edificio de bienvenida al pueblo, marcado por la presencia de pescadores. O la campiña francesa, dónde nos sorprenden también sus espectaculares bustos en medio del campo.

Para aquellos que quieran conocer más la obra de Plensa, recomendamos el capítulo de Imprescindibles dedicado al escultor catalán.

Fuente video: Canal Gray - YouTube


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