Javier Fort, en la imagen detrás de Valdemoro, celebra el título - EFE.
TONI DELGADO / Valencia
Se le ve campechano, serio y afable. Javier Fort es el técnico revelación del curso, el director de Rivas Ecópolis, el nuevo campeón de la Copa de la Reina tras vencer en la final al anfitrión, Ros Casares, por 59-63. Fort atendió a Cronómetro de Récords a pie de pista, en la Fonteta, un escenario inmorrable para el club madrileño.
– En la rueda de prensa tras la semifinal contra Perfumerías Avenida calificabas a tu equipo de “tremendo”. ¿Qué adjetivo le pondrías hoy (por el domingo 9)?
Increíble, increíble, no hay palabras para definir al equipo, cómo ha luchado, cómo ha competido, cómo ha actuado en los momentos complicados, con ocho puntos abajo. Cómo ha agarrado el partido y ha impedido que se fuera el Ros.
– Parte del mérito es tuyo, del entrenador. ¿Cómo se enseña a las jugadoras a no decaer en ningún momento? Porque las habéis pasado canutas durante el torneo, pero nunca ha habido un momento en que realmente estuvieseis tocadas del todo.
Creo que la clave son ellas. Hemos hecho un equipo con mucha jugadora española, que tiene garra y corazón. Son jugadoras que están comprometidas que pelean por todo. Son jugadoras que están acostumbrados a pasar por las categorías inferiores con la selección española. De Souza, Brunson, Anosike… que físicamente son super potentes. Durante el torneo hemos jugado con cuatro españolas. Tienen garra y corazón para agarrarse al partido y no dar nada por perdida.
– Y así es más fácil que las extranjeras comulguen con el ejemplo.
Sólo quedan dos jugadoras. Es más fácil que ellas (las foráneas) se adapten a la mentalidad del equipo, en el que todo el mundo rema en la misma dirección. Eso no quiere decir que un equipo con sólo extranjeras no vaya a ser comprometido. Puede ser más comprometido incluso.
– Siempre hablas mucho en plural, del colectivo. ¿Pero cuál ha sido la jugadora que más te ha sorprendido por su progresión o comportamiento?
Pues Anna (Cruz). Ha dado el paso en esta Copa, asumiendo tiros y obligaciones en los últimos minutos. En la Copa del año pasado jugó mal. Creo que tenía una espina clavada. En el Mundial, con la selección, tampoco había podido jugar mucho… Y ha venido ahí y se ha consagrado como una gran jugadora.
– Y ahora, la pregunta típica: ¿cuál es el límite de Rivas?
Seguir trabajando.
– Con esa misma humildad que os puede llevar vete a saber dónde…
Sí. Trabajando. Con la Copa ya hemos cumplido. A partir de ahora todo lo que llegue será bienvenido. Tranquilidad, buenos alimentos, trabajar, clasificarnos para los playoff. A partir de ahí llegar en el mejor momento como aquí, en una buena condición física, para la Liga.
– ¿Qué has pensado cuando Bonner ha cogido el rebote decisivo?
(Se ríe). Mucha alegría y decir ¡toma ya! Iba a decir un taco, pero no lo haré…