¿Cree que es útil conocer recursos sobre improvisación? ¿Por qué? Me parece imprescindible. Improvisar implica necesariamente la comprensión del lenguaje musical, y no es posible interpretar nada sin comprenderlo antes.
¿En qué medida cree que es necesaria la creatividad para el pianista? Todos los pianistas deberían ser capaces de salirse del texto en mayor o menor medida, independientemente de que luego nos ciñamos a él en todos y cada uno de sus detalles. El hecho de poder hacerlo nos da frescura y espontaneidad al tiempo que seguridad y solidez a nuestra interpretación. ¿Cuál es la primera experiencia que recuerda con la música? Es curioso como funciona la memoria. Llevaba tiempo sin pensar en ello.
Recuerdo nítidamente mi primer día de clase. Una mujer diminuta avanzaba por un largo pasillo y mi padre me dijo "Mira: es esa". Yo, que tenía ocho años, me sorprendí al comprobar que mi padre acertaba. Aquella pequeña mujer llena de energía, Agustina Palaviccini, era mi primera profesora de piano. Recuerdo sus primeras clases, pasando el peso de dedo en dedo, sin prisa, relajando bien la muñeca entre cada nota. Y recuerdo una en especial: Mi piano tuvo un defecto de fábrica y tuvieron que llevarse la maquinaria a la tienda, por lo que no pude estudiar. Yo era un niño tremendamente responsable y no argumenté ningún tipo de excusa durante la clase, aguantando estoicamente la monumental bronca. La clase terminó con una sentencia: "Hoy Javier Herguera no ha venido a mi clase". Era una profesora muy muy exigente al tiempo que cariñosa. Todo un ejemplo de profesionalidad. Dos días más tarde se enteró de lo ocurrido y me llamó para excusarse, al tiempo que me volvía regañar, esta vez por no haberle dicho nada sobre la avería de mi piano.
También recuerdo a mi segundo profesor con mucho cariño: Francisco Baró. Cuando terminaba de tocar la obra que había preparado para la clase, se quedaba haciendo "circulitos" con el humo del tabaco que fumaba en clase (por aquellos tiempos se podía fumar...) durante lo que a mí me parecían horas y horas hasta que por fin empezaba a hablar.... Era un hombre muy metódico y reflexivo. Su sistema de estudio era infalible y muchos años más tarde todavía recuerdo sus grandes consejos...."Que razón tenía Paco", me digo a mi mismo....
Y por supuesto recuerdo una de mis primeras actuaciones en público. En Mondéjar (el pueblo de mi madre). Tenía 11 años e interpreté la Fantasía-Impromptu de Chopin en un piano vertical horrible...jajaja!
¿Qué personalidad musical cree que le influyó más en su carrera? Afortunadamente no hay sólo una. He tenido la suerte de trabajar con grandes maestros que han influido en mí, y todos ellos muy diferentes. Creo que eso me ha ayudado a tener una amplia visión de la música, rica y ecléctica. Por supuesto mi maestro de toda la vida, Fernando Puchol, pero también las enseñanzas de Galina Egyazarova y en mis último años de formación académica (porque la formación de un músico no termina nunca) las de Ferenc Rados han sido determinantes en mi formación como músico y pedagogo. En realidad tanto su manera de ser como su concepción de la música y la docencia es en muchos aspectos diametralmente opuesta, pero es posible conjugar todo ello y tratar de llegar a una especie de "mediación constructiva". En los últimos años he profundizado mucho en las enseñanzas que recibí de mi profesor de Improvisación, Emilio Molina, en mi opinión una de las figuras claves de la materia en nuestro país.
¿Cuál era el estilo o el compositor que más le gustaba estudiar de joven? El romanticismo. Chopin era mi preferido. También sentía una gran afinidad hacia Beethoven. Curiosamente ahora he dado un giro de 180% y estoy especialmente interesado en la música de compositores españoles actuales: Juan Antonio Simarro, Miguel Bustamante, Jorge Grundman y Alejandro Román, de quien tuve el honor de estrenar su toccata "Ewig op. 58" en Junio en Berlín.
¿En qué repertorio se siente más a gusto en la actualidad? A gusto, lo que se dice a gusto, con ninguno, jajaja! Estoy en permanente proceso de adaptación, trato de salir de mi "zona de confort" continuamente para explorar nuevos lenguajes. En cuanto me siento cómodo con algo, busco algo nuevo que me estimule y me obligue a ampliar mis conocimientos. Trato de mejorarme a mí mismo permanentemente. Creo que es algo extrapolable a todos los aspectos de mi vida.
Cuéntenos, por favor, alguna experiencia o anécdota que le venga a la memoria que tenga que ver con el piano (en algún curso, o concierto...) Recuerdo un concierto de piano preparado con Fernando Puchol. Me encanta esta anécdota, Polo Vallejo la contó en el concierto homenaje que le hicimos al maestro por su 70 cumpleaños en el Auditorio Nacional.
Como el propio Fernando recuerda, fue en Valencia, hace mil años. Yo estaba al teclado y él se encargaba de los "cachivaches" que se ponían por entre las cuerdas. En una de las obras se le enganchó una de las cadenas a las cuerdas y no era capaz de sacarla. Mientras yo mantenía el pedal la "cadenita" iba haciendo todo tipo de ruiditos por entre las cuerdas. El pobre sudó la gota gorda hasta que por fin consiguió sacarla de entre los intestinos del piano. La verdad, a pesar del mal rato, nos costó aguantar la risa....
¿Qué consejo o recomendaciones daría a los que empiezan ahora a estudiar el piano? Evidentemente cada estudiante es un mundo, y es difícil hacer un decálogo de "consejos prácticos", pero lo más importante es ser constante y exigente con uno mismo. Saborear el proceso de aprendizaje, sin obsesionarse demasiado con el resultado final, sin comparaciones ni grandes expectativas. Disfrutando del hecho de ir descubriendo poco a poco los secretos de nuestro instrumento y de nosotros mismos como músicos. Por supuesto, tener un buen guía. Pero sobre todo, sentir la curiosidad y la pasión por la música.
¿Quiere añadir algo más sobre su relación con la música? Hace unos años me rompí el ligamento del pulgar de la mano derecha esquiando. Afortunadamente todo quedó en un monumental susto y un mal recuerdo, pero recordaré como una sentencia durante toda mi vida las dos palabras del traumatólogo que me atendió de urgencias aquel día: "está roto". Así sin más. Eso es todo....No nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. El ser humano es así. Cualquier músico debería sentirse afortunado por el hecho de tener un refugio espiritual y emocional tan enorme como el que tenemos los músicos. Me pregunto si somos conscientes de lo afortunados que somos por tener ese "algo" al que agarrarnos en nuestros peores momentos. Las largas tardes en las que me encierro a estudiar en mi casa en mitad de la soledad y el tiempo se detiene, las atesoro entre mis recuerdos más valiosos. Hace poco mi gran amigo el pianista Oscar Román me dijo algo así como "Un día, dentro de muchos años, nos sentiremos muy solos... Entonces nos sentaremos delante de nuestro piano, en nuestra casa, sin nadie que nos escuche, y todo tendrá sentido".
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