Editado por Impulse! en 1972, Attica blues -para citar un ejemplo- tomó su nombre de los disturbios acaecidos en la cárcel de Attica, New York, en 1971.
Especie de desfile de géneros negros tocados por una Big Band versátil (chequear la interminable lista de músicos que grabaron en el lp) "Attica blues" sigue irradiando -a casi cuarenta años de editado- un extraño magnetismo producto de su eclecticismo controlado, coherente: una especie de suite nocturna que nos lleva por distintos momentos. Con la Ira transformada en Belleza.
"Blues For Brother George Jackson" (un clásico de Shepp dedicado al Black Panther asesinado en San Quentin) se monta a mitad de camino entre el funk y el jazz, en uno de los mejores momentos del set. Unos breves recitados (a cargo de William Kunstler) fechan el disco en aquellos años de luchas y reinvindicaciones, tendiendo un hilo entre los temas y dando una atmósfera de álbum "conceptual".
El soundtrack urbano de nuestras caóticas vidas posmodernas.
BonusAchie Shepp continuó experimentando este blend de jazz y R&B en el igualmente recomendado The cry of my people, también de 1972.