Un lugar muy selecto que he tenido oportunidad de conocer recientemente, saboreando las inspiradas improvisaciones del pianista Francesc Capella, junto con los componentes de su trío: Paul Lligadas al contrabajo, certero y profesional y el joven Joan Casares a la batería que resolvió sobradamente su parte. Hacen un conjunto de muy buena compenetración rítmica, perfecto balance sonoro (en parte porque el piano de la sala estaba amplificado, y es de agradecer que el público guarde silencio ante los maestros, el jazz es una música que hay que reconstruir como oyentes mentalmente, además de disfrutarla sensorialmente). Y este componente lo domina Francesc Capella, que sobresale por su sentido de la construcción de las frases, siempre en creciente tensión, bien rítmicamente, bien dinámicamente, bien respecto a los motivos melódicos que desgrana... Son característicos suyos sus tintes ocasionales politonales, que estratégicamente salpican sus improvisaciones, sus rápidos arpegios finales rápidos a dos manos, alternando, suaves, su cantabilidad en la zona de la mano izquierda (mediante superposición de la derecha) cuando conviene así con los finales con la tónica en el grave o giros originales. Es un pianista que tiene el acierto de hablar con el público, pero sin excederse. Me hizo mucha gracia al final cuando tocó la sintonía de "Movierecords", (la la do do re re# mi re do la la do re la) para captar la atención del público. Soberbio en su versión de un bolero de Armando Manzanero, muy bonitas sus composiciones propias, hay que felicitarle por la generosidad de ideas musicales que despliega en cada concierto y lo variado de los mismos.
En el mismo emplazamiento también actúan músicos que he tenido la oportunidad de escuchar en directo como el divertido "Biel Ballester trío", de guitarras, con un jazz tzigane maravilloso, u Oriol Romaní al clarinete, o Amadeu Casas a la guitarra de blues y la voz...
Más información sobre este maravilloso evento pleno de creatividad diaria: www.camparimilano.com