Jazz/flamenco: género de ida y vuelta

Publicado el 21 mayo 2012 por Ruta42 @ruta42

Portada del disco 'Jazzpaña', de 1993. Imagen de actmusic.com

El matrimonio entre jazz y flamenco dura ya cinco décadas. Comenzó como un noviazgo inocente en los 60. Ahora cuenta con un amplísimo historial que le convierte para muchos, en una hibridación, una fusión consumada. Dejando aparte la discusión de si colocar primero flamenco o jazz, para aludir a su unión, el caso es que el jazz español hoy no se entiende lejos del flamenco. España, entra así, en la vanguardia de las nuevas músicas de la mano de su música más icónica: el flamenco.

Definir una música cuando esta es popular, de dominio público, siempre ha levantado quebraderos de cabeza a los expertos. La historiografía musical manifiesta un largo currículum de polémicas. Las hubo a lo largo de la historia del jazz: que si el jazz murió con el bebop, que si los blancos no pueden sentir el jazz… La hubo también con el flamenco. Una música primero denostada, abominada por intelectuales como Unamuno; luego alabada y poetizada por Lorca o Falla. ¿Qué suerte depararía a la unión de ambas?

El caso es que la mezcla no es tan reciente como a priori se pueda pensar. Y no porque los músicos de jazz que comenzaron a tocar en el New Orleans de principios del siglo XX tuvieran apellidos como Fernández o Jiménez, sino porque grandes figuras del jazz de mitad del siglo pasado, se interesaron por el flamenco.

Nombres como John Coltraine, Miles Davis o Gil Evans, manifestaron un notable acercamiento a la música flamenca. Primero fue el tema de Miles Davis, Flamenco Sketches,  semilla que luego germinaría en su disco: Sketches of Spain, publicado en 1959. Pocos años más tarde, en 1967, Pedro Iturralde graba lo que será el primer trabajo español que crea un verdadero lenguaje fusionado entre las dos músicas. Su disco Jazz Flamenco, al que más tarde se añaden dos discos, supuso un punto de inflexión en el entendimiento de la hibridación jazz/flamenco.

Portada de 'Sketches of Spain' de 1960. Imagen de tomajazz.com

Un músico, Iturralde, que para Iván Iglesias, profesor de jazz y blues en la Universidad de Valladolid y autor de una tesis que estudia el jazz durante la dictadura franquista, “es muy interesante, fundamental para entender esta fusión hasta antes de los 80”, a lo que añade: “pese a ello, no se le da el reconocimiento que merece”.

Tras Iturralde, entra en la escena de la fusión el mayor guitarrista que ha dado España, Paco de Lucía, que en 1983 graba un disco: Passion, grace and fire, junto a dos grandes guitarristas de jazz, Al Di Meola y John McLaughlin. Una década después llega una hornada de músicos españoles que han interiorizado, investigado y crecido con la mezcla de jazz y flamenco. Ya no son músicos que graban un disco o colaboran esporádicamente para aunar ambas músicas, en los 90 llegan  artistas que toman este nuevo lenguaje como suyo.

Para Iván el año 93 es capital para este nuevo “árbol musical”. El pianista Chano Domínguez lanza su disco Chano, Jorge Pardo graba Veloz hacia su sino, y Vince Mendoza y Arif Mardin capitanean lo que será Jazzpaña. Tres obras que marcarán la senda a seguir. “Luego a partir de ahí… Hay tantos grupos y discos que marcar características comunes o definitorias es imposible”.

Ahora España, al contrario de lo que afirmaba Leonard Feather en su famosa Enciclopedia de Jazz, España no es un desierto para el jazz. Ni ahora ni antes, “es una absoluta mentira”, espeta Iván sin ambages. En estos últimos años, la escena jazzística nacional despierta mucho interés internacionalmente. Y la culpa la tiene el jazz/flamenco. En los grandes festivales cuando va una banda española, automáticamente son identificados como músicos de jazz/flamenco, aunque no tengan nada que ver. “Esto conlleva cierta ortodoxia, el público quiere jazz/flamenco y a las discográficas solo les interesa eso. Por lo que es muy difícil grabar otras cosas”. Esta idea que sostiene Iván Iglesias confirma que en España seguimos utilizando el flamenco como elemento diferenciador. “Por un lado las instituciones tiran por aquí, y por otro es muy difícil competir con los americanos”, así que toca distinguirse del resto, toca fundir flamenco con jazz.

Eduardo R. Salgado

Estudiante en 4º de Periodismo de la Universidad de Valladolid. Colaborador en el programa radiofónico: La Milana Bonita. Sección (bandas de libros).