Un amigo saxofonista actuó en un espectáculo infantil de sombras chinescas. Para que su propia sombra fuera parte del espectáculo le pidieron que se colocara de perfil, de modo que su contorno se proyectara sobre el fondo del escenario. Al acabar la actuación encontró rostros de asombro e indignación. La causa: el cinturón de su pantalón no estaba debidamente abrochado y sobresalía unos centímetros por delante de su cuerpo. El problema: la sombra del cinturón no parecía la de un cinturón...