La ignorancia es atrevida. Unos conocidos de un músico de jazz le pidieron que les pusiera en contacto con un cuarteto de cuerda para amenizar un evento. En vez de indicarles que el cuarteto de cuerda es una formación de música clásica (para quien no lo sepa, generalmente compuesta por dos violines, una viola y un violonchelo), y que en sus experiencias musicales él nunca había coincidido con músicos clásicos, lo que hizo fue pasarles el contacto de un grupo de jazz manouche (ese alegre y divertido estilo también conocido como gipsy jazz y popularizado en los años treinta por Django Reinhardt y Stéphane Grappelli) cuya formación incluía violín, contrabajo y dos guitarras acústicas. "Son cuatro instrumentos de cuerda. Técnicamente es un cuarteto de cuerda, ¿no?", razonaba el jazzman. No solamente no hubo quejas; organizadores e invitados quedaron encantadísimos.