Hay una cita, de esas que uno se va encontrando a veces por Facebook o Twitter, que me ha gustado especialmente por lo mucho que se parece a algo que yo pienso en no pocas ocasiones. Dice "Deberías aplicar en tu puta vida lo que tanto reflexionas en Faceboook", cita textual. Supongo que el autor se desahoga aquí tras la lectura de los centenares de citas de dudosa autoría, apócrifas o de Paulo Coelho que jalonan en forma de imagen los muros de la red social mas ñoña de las dos mas usadas (Twitter es como mas crudo e instantáneo y no da para tanta reflexión). Es lógico que, tras una lectura cotidiana, a uno se le hinchen las pelotas. Tal cual.
Leer sobre vino, hoy, se hace ya a dos niveles. Hay un nivel muy parecido al de esa sopa de letras de "pócimas" milagrosas, de buenismo y buenrollismo cotidiano, donde todos los vinos saben bien, todos están ricos y todos son buenos por definición, ya se hagan a base de uva o a base de Fairi, Cristasol, o sopa de madera. Ese mundo feliz donde mujeres y hombres y viceversa sonríen a la cámara, se sacan fotos a paladas (¿cuando beben?) y todo les parece "chachi", "chupi", o "el mejor momento de mi vida entre los mejores amigos", obviando de paso el nacimiento de sus hijos, la operación que salvo la vida a su padre/ madre o el accidente aquel tan grave que al final quedó solo en un susto. No, el "mejor momento" es aquel, con aquel Terras Gauda o aquel Rioja de medio pelo en aquella "calita" tan mona. Es acojonante.
Hay aún una bifurcación donde hoy un vino es cojonudo y mañana quizá no tanto, pero siempre media un pago, un interés o una componenda. Ahí ya uno se lo puede creer o no, pero es fácil saber que a lo mejor el mejor albariño que estos señores dicen que es el mejor lo es no solo por como sabe sino también por las cigalas, el cuarto cinco estrellas y las lisonjas. Esto ya, cada uno lo vea y lo entienda a su modo, yo es que soy radical y prefiero probarlo (o no) en función de criterios como si me va a saber a algo mas que a sopa de pescado y verde hierba y si me va a llamar la atención, sacarme de mis casillas y darme un "meneo". No se si, para generar consumo, es bueno que una estructura entera de prescripción parezca mas el club de la comedia que un grupo de jueces libres y objetivos, pero.... que sabré yo. Otros dirán lo que digan pero, como yo también puedo, a mi me tira de un pie. Lo que parece, camina y vuela como un pato es un puto pato. Por mucho que parezca un cojinete vuelto, rosca inversa, en acero-vanadio. Hace "cuac¡. Es un pato.
Hay, luego, quien aprovecha la ola, el rebufo, para subirse y decir "Je Suis Charly", sin saber ni de lejos de que va lo de la libertad de expresión, el derecho a la libre difusión de opiniones y el articulo 20 de la constitución. Hay quien se sube al prestigio de un viticultor sin tacha, al que el "establishment" insultó, vilipendió y castigó por hacer buen vino y que es de tal nivel, tiene tal capacidad ética y altura moral, está tan por encima del resto del personal, que se traga su orgullo y acude a presidir un tribunal a sabiendas de que lo compone gente que, quizá, solo quizá, después haga uso de su presencia para decir que son adalides de un prestigio que ni tienen ni se les espera. A lo mejor esto es así y a lo mejor no pero, como yo soy radical es muy normal que lo crea y, aunque yo lo crea, carezco de base para que lo que digo sea cierto, ¿verdad?
Mierda. Caca de la vaca.
Prestigio, seriedad, reputación. Palabras gruesas. Deberíamos hacer un concurso para ver quien es poseedor de estas características y quien se apunta al prestigio/seriedad/rigor/reputación de uno que pasaba por allí.
Llamémoslo cata/concurso. Vereis que risas.
Je Suis Radical. Y a mucha honra.
*Fotos: de mi autoría.