Jean Pierre Papin y el gafe de la Copa de Europa

Publicado el 18 noviembre 2012 por Davidmaldini @ConDdeDeporte

Tal vez Jean Pierre Papin no sea demasiado recordado en España salvo para los menos jóvenes pero es uno de los mejores delanteros centro que ha dado el fútbol francés. Nacido el 5 de noviembre de 1963, con veintiún años, Valenciennes le dio la oportunidad de debutar en la Ligue 1 (Primera división francesa). Tras un breve paso por Brujas en 1986, el por entonces potente Olympique de Marsella se hizo con sus servicios.

Tenía veintitrés años y apenas nadie le conocía. Todo empezó a cambiar cuando en el Mundial de México de ese mismo año, Francia debutaba frente a la débil Selección de Canadá que, a priori debía ser simplemente una piedra de toque para la entonces vigente Campeona de Europa (de infausto recuerdo para Arconada). Siendo incapaces de batir la portería canadiense, Henry Michel dio entrada a este delantero desconocido y bajito pero tremendamente luchador para intentar revertir la situación. Y en efecto, lo consiguió marcando el gol de la victoria en apenas once minutos de juego.

Ya con cierto reconocimiento, Papin se unió al mejor Olympique de Marsella de la historia y se hinchó a marcar goles. Desde 1986 a 1992 fue máximo goleador del Campeonato en cinco de las seis temporadas que estuvo en el equipo marsellés. Experto en marcar goles de todo tipo: fuerte disparo, de cabeza, con desmarque en velocidad etc. Consiguió patentar su propia seña de identidad conocida como la “Papinade”, es decir remate de volea casi a ras de suelo.

Cosechó cuatro Títulos de Liga y una Copa de Francia y como era de esperar, el asalto a Europa no debía tardar en llegar. Y es aquí donde cobra sentido completo el título que ilustra este artículo. Papin y su equipo consiguieron a base de goles llegar a la Final de la Copa de Europa de 1991. Enfrente como rival el Estrella Roja de Belgrado. Aunque a día de hoy sea un equipo en horas bajas, por aquel entonces era uno de los equipos más potentes de Europa con grandes jugadores como Darko Panzev, Dejan Savicevic, Vladimir Jugovic o Sinisa Mihajlovic. Un lujazo de equipo. Demasiado para el Olympique que fue derrotado en penaltis tras el 0-0 en el tiempo reglamentario. Papin, capitán del equipo, perdía su primer matchball ante la máxima competición europea. Aunque en el terreno de juego del Stadio San Nicola no hubiera consuelo, cerró la temporada siendo Balón de Oro por delante precisamente de Panzev y Savicevic.

En 1992, Jean Pierre Papin dio el gran salto en Europa. El Milán pagó casi 18 millones de dólares por el jugador convirtiéndose entonces en el traspaso más caro de la historia del fútbol. Curiosamente, a principios de ese mismo año, Adriano Galliani manifestaba lo siguiente: “El club ha decidido quedarse con los tres jugadores holandeses (Frank Rijkaard, Rudd Gullit y Marco van Basten) e incorporar a los Yugoslavos Zvonomir Boban, DIjan Savicevic y Darko Pancev. Consideramos a Papin como un gran futbolista, pero nuestros. objetivos en el mercado europeo ya han sido concretados”. Sea como fuere, Papin se encontró ante la oportunidad de su carrera en el equipo puntero de Europa. Las cosas no le fueron del todo bien en Italia uniéndose a la larga lista de delanteros derrotados por las duras defensas y marcajes del Calcio. No obstante, se le brindaría la oportunidad de asaltar el Título de Campeón de Europa, entonces reconvertido en el formato que conocemos actualmente como UEFA Champions League. El destino quiso que la final de ese año fuese entre el Milán y el Olympique de Marsella. A Papin le tocó enfrentarse a sus ex compañeros y a nuevos fichajes de nivel como Didier Deschamps, Marcel Desailly, Fabien Barthez o el veterano Rudy Voller. Empezó en el banquillo y en el minuto 44 Basile Boli hacía saltar la sorpresa anotando de cabeza el 1-0 para el Olympique. En el minuto 55, Papin saltó al campo en sustitución de Donadoni para intentar dar la vuelta al resultado. Imposible.

El destino fue esquivo y cruel. Marsella celebró una victoria que se le escapó a Papin en su etapa como jugador marsellés. Al menos, la ventaja de ser jugador milanista se tradujo en la posibilidad de obtener una tercera oportunidad de optar al máximo Título Continental  al año siguiente. En 1994 nuevamente llegaba el Milan a la final y esta vez tocaba el F.C Barcelona. Sin embargo, la normativa UEFA sobre el límite de jugadores extranjeros convocados por partido dejó fuera de la Competición europea a Papin, Brian Laudrup y Florin Raducioiu por lo que, a pesar de que el Milan aplastó al Barça en Atenas por un inapelable 4-0 Papin ni siquiera estuvo convocado. Ganó por fin la Champions League pero no pudo contribuir a ello ni con juego ni con goles. Como curiosidad, uno de los extranjeros alineados por el Milan que dejaron fuera de la convocatoria a Papin fue Dejan Savicevic, jugador yugoslavo que ganara la Copa de Europa en 1991 frente al Marsella.

La escasa aportación de Papin al Club produjo su salida del equipo en el verano del 94, rumbo al Bayern de Munich que se hizo con sus servicios por 500 millones de pesetas. Allí le torturaron las lesiones por lo que dos años después volvió a Francia sin mucho que destacar en Alemania para colgar las botas definitivamente en 1998 en las filas del Guimgamp.

A nivel internacional, a Jean Pierre Papin le tocó vivir los años de transición de la Selección francesa entre la generación Campeona de Europa de 1984 con Platini, Amorós y compañía y la Francia Campeona del Mundo de 1998 con Zidane, Desailly etc. Jugadores como Papin, como Eric Cantona o David Ginola se quedaron sin el reconocimiento acorde a la calidad que atesoraban.

Papin nunca pudo celebrar como le correspondía un Título de Campeón de Europa. Una pena para un jugador que por calidad se lo mereció.

DAVID ABELLAN FERNANDEZ