Así, a simple vista, sin explicaciones con fundamento e informaciones gráficas, no se entiende la relación que acabo de establecer entre la macizorra del Bronx y la dulce y siempre sonriente de Elorrio, más allá de la edad y alguna que otra separación amistosa de sus parejas. De hecho, a simple vista, parecen la noche y el día. Pero no, mi buena memoria y Google me han ayudado a entender y concluir el caso "En la alfombra roja, no doy pie con bolo" que es lo que hacen las dos cada vez que aparecen por cualquier evento, cita, gala, entrega de premios, etc, etc...
Como cada año, Jlo tiene la capacidad de dejarme boquiabierta, sobre todo en los entrega de los Oscars, que es su especialidad. ¡Lo que le gusta mostrar, enseñar y exhibir sus curvas a la neoyorquina! Aparte de por esa obsesión por exteriorizar todo lo que tiene, me llamó la atención por el parecido entre su vestido "Big Mermaid" y éste otro que en su día luciera nuestra dulce y siempre sonriente Anne Igartiburu.
Y cuánto más he ido investigando, más similitudes estilísticas he ido encontrada entre ambas. Eso sí cada una en su papel. La una de macizorra del Bronx y la otra de dulce y siempre sonriente de Elorrio.
Conclusiones: que las alfombras rojas, o del color que sean, son testigos del mayor glamour pero también de los mayores desastres estilísticos (se me vienen a la cabeza demasiados como para enumerarlos) y que los vestidos que lucen las protagonistas de esta historia no es que sean feos ¡es que no les favorecen!
Yo me tengo que vestir de esta guisa y lloro fijo.