En muy poco tiempo el espigado Jeremy Jay se ha convertido en uno de mis artistas favoritos. Californiano, alto y guapo según el ángulo desde el que le mires ha publicado dos discos muy notables y un par de EP en menos de dos años. Para dentro de un par de meses ya anuncia en su myspace tercer trabajo, Splash. No hay duda, llegó para quedarse.
Marcado para toda la vida por una voz peculiar de crooner que le hace parecer un hombre entrado en años más que la promesa veinteañera que sigue siendo, Jeremy Jay es un romántico incurable. Se nos presenta seductor, ambiguo y sofisticadamente retro. Como el mejor Morrisey, pone voz a las angustias existenciales postadolescentes pero sin pasarse de melodramático. Su estilo es pop marcadamente lo fi, casero. En sus grabaciones casi puede oírse su voz retumbando en las paredes y si utiliza un sintetizador, es de lo más barato que haya podido pillar a mano. En dos años ha pasado de ser un crooner tipo 50´s a sumergirse en la new wave y los sonidos puramente ochenteros. De cualquiera de las maneras cuenta historias con honestidad y sin ánimo de epatar, ahí su mejor baza. Además es sólido en directo.
A continuación un breve repaso por su discografía.
Lo primero que se supo de él fue gracias al magnífico EP Airwalker (2007) donde destacan el efervescente tema titular y We Stay Here (In our Secret World) con un sintetizador agresivo hacia el final en la línea de Suicide. Aparecen la primeras constantes del de Los Ángeles, fraseo repetido, soledad y deseo de evasión de la realidad.
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En 2008 edito su primero largo A Place Where We Can Go, de marcado corte retro y donde expande esta temática. El disco está presidido por un halo de rebeldía romántica en cortes como Beautiful Rebel aunque por lo general Jeremy Jay juega en un plano más elevado e irreal (Heavenly Creatures, A Place Where we can go) o se muestra enfermizamente romántico (Hold me in your arms tonight o Till we meet again).
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Apenas un año después llega Slow Dance (2009) que desde la portada avisa de su contenido. La pose, los colores y la estética reflejan el traslado de las mismas historias de hace unos meses a terrenos más luminosos y algo electrónicos. Mucho más rítmico y variado, en Slow Dance pasa de melodías guitarreras puramente californianas (Gallop, We where there) a toques de discoteca con sintetizadores a lo Giorgio Moroder. Unos meses más tarde apareció un nuevo EP excelente Love Everlasting, incluido en la edición española de Slow Dance via Green Ufos como temas extra. El tema titular es una de sus mejores composiciones y suena muy Susana Estrada.
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Giddy UP!