Lo que deberían haber sido cuatro años de instituto y el obligado paso por la Universidad que exige la normativa actual se convirtió en un salto a Europa con 17 años, cuando aún le restaba su año senior en el high school. Desde los 15 años recibió visitas de técnicos de la Universidad de San Diego State, aunque en 2009, cuando ya le urgían que tomara una decisión, se decidió por la Louisville de Rick Pitino por delante de UCLA o Southern California. Al final no cambió su California natal por las parrillas y barbacoas de Kentucky, sino por Haifa. El joven de 18 años jugaría 10 partidos donde apenas promediaría 7 minutos de media y unos paupérrimos 2 puntos y 2 rebotes. En Marzo de este año abandonaría el equipo por problemas de adaptabilidad a la ciudad, a la cultura y probablemente a la rutina de un equipo profesional. Mientras Tyler debería estar rodeado de chicos de su edad donde ser un referente y acaparando portadas, se encontraba encerrado en casa junto a sus compañeros estadounidenses y chupando banquillo.
Tyler es un fenómeno mediático, un Lebron James en potencia. Antes de anunciar que definitivamente no jugaría en ninguna Universidad americana ya se había rodado un documental sobre su vida llamado "Mi Life, with Jeremy Tyler". Desde su adolescencia Tyler se convirtió en un adicto a las flexiones, abdominales y levantar pesas. Olden Polynice, ex jugador de Jazz o Sonics, entre otros, le sirvió como consejero en su última temporada en San Diego: "su juego de pies me recuerda a Olajuwon, aunque es más atlético. Tiene cosas que no se pueden enseñar. Es uno de esos jugadores que se dan una vez en la vida". Pero Polynice probablemente dió en el clave de la cuestión: Tyler estaba siendo victima de la "explotación de los proxenetas". El tipo en cuestión es Sonny Vaccaro, el mismo que convenció a Brandon Jennings de que pasar un año en Europa le haría ganar dinero antes que a nadie. De momento con el base de los Bucks le salió bien. Con Tyler, después de oir sus palabras, parece que también: "nada se ha perdido aquí (en Haifa), vino, fue difícil y ha estado ocho meses. Brandon Jennings tampoco enseñó mucho más en su estancia en Europa".
PD: la información contenida en este post la podéis encontrar en estos artículos de ESPN y el New York Times.