Capítulo 3
A principios de los 90, Jerry Goldsmith se embarca en proyectos de menor calado comercial como Los Últimos Días del Edén, de corte exótico, Daniel el Travieso, donde capta perfectamente el carácter travieso pero a la vez noble del protagonista, y Cuatro Mujeres y Un Destino, donde el score supera ampliamente algunos momentos de la película. Sin embargo, también encontramos excepciones como Instinto Básico donde el score de Goldsmith contribuye a mantener la tensión policiaca y la sexual con composiciones que vibran al ritmo de las emociones de los protagonistas.
En 1998, su trabajo junto a M. Wilder y D. Zippel le vale una de sus últimas nominaciones a los Oscar por el score de Mulan: Composiciones en la línea melódica preferida por la factoria Disney, en este caso con abundantes arreglos de corte oriental, donde Goldsmith se encarga de la parte compositiva más clásica dotando al score de una solidez a la altura de los mejores momentos musicales de la factoría animada en la década de los 90.
En el nuevo milenio su actividad se redujo drásticamente. Aún podemos encontrar grandes momentos de lírica cinéfila en La Hora de la Araña y en Pánico Nuclear. en 2001 y 2002 respectivamente. Jerry Goldsmith se había ido retirando poco a poco, sin hacer ruido, como lo hacen los grandes que no necesitan reconocerlo, hasta su muerte en 2004.
Con Jerry Goldsmith nos dejó uno de los últimos exponentes de una manera de ahcer música de cine. Sus melodías nos traen ecos de una época en la que la imagen impresionaba la retina y la música permanecía en los oídos. Si la máxima aspiración de un artista es que su obra se recuerde, Jerry Goldsmith puede descansar tranquilo entre las estrellas que el mismo ayudó a crear.
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