Año: 1931
Editorial: Ícaro (2013)
Género: Novela gótica
Valoración: Recomendable
Hace algo más de un año, repasando las columnas de opinión de un conocido diario, reparé en un artículo firmado por Fernando R. Lafuente con un título muy curioso: Jesús de Aragón, el Julio Verne español. En dicho artículo, Lafuente lamentaba el inmerecido desconocimiento que se tiene en nuestro país de la figura del escritor de Valsaín. Esto despertó mi curiosidad, así que decidí indagar un poco.
Descubrí que una librería segoviana, Ícaro, había reeditado la que dicen los expertos que es la mejor obra de Jesús de Aragón: La sombra blanca de Casarás. No lo dudé: enseguida me puse en contacto con la librería y pedí el libro. Tras su lectura, he de decir que no puedo estar más de acuerdo con la opinión de Lafuente.
La novela parte de una leyenda de la zona de Valsaín en la que un caballero se enamora de una dama de la corte de los reyes. Tras ser descubiertos y prohibido su amor, la leyenda cuenta que si alguna joven pasa por el puerto de Fuenfría (lugar de encuentro de los amantes) durante el crepúsculo, el caballero sale a su paso y le ofrece una flor.
Jesús de Aragón toma como base esta leyenda e incluye algunas modificaciones (por ejemplo, el caballero de la leyenda original es en la novela un templario llamado Hugo de Marignac) para confeccionar una trama que incluye todos los ingredientes del género gótico: misterios, hechos inexplicables, castillos, monasterios, amores no correspondidos, apariciones espectrales… El autor demuestra también un amplio conocimiento de algunos episodios históricos como la caída en desgracia de los templarios, incluyendo en la trama al Bafonet (Bafomet o Baphomet), un ser demoníaco del que cuentan que era adorado en secreto por los caballeros de la orden y que fue una de las causas por las que estos acabaron en la hoguera.
La novela está bien escrita, mantiene la atención del lector de principio a fin y está bien resuelta. Jesús de Aragón logra hacer verdaderos malabares en el límite entre realidad y leyenda, hasta el punto de hacer dudar al lector si lo que está ocurriendo no es más que obra de unos bandidos que se ocultan en la zona.
Hay detalles de la vida y la obra del autor segoviano que merecen un comentario aparte. Porque no es necesario haber leído una sola línea de lo escrito por el escritor nacido en Valsaín en 1893 para empezar a comprender por qué es conocido como el Julio Verne español.
Para ello, no hay más que repasar los títulos de algunas de sus obras: Cuarenta mil kilómetros a bordo del aeroplano “Fantasma”, Viaje al fondo del océano, Los piratas del aire, Una extraña aventura de amor en la luna, Nuevos sistemas de partida doble, La ciudad sepultada, El continente aéreo, La sombra blanca de Casarás, De noche sobre la ciudad prohibida, La destrucción de la Atlántida, Los caballeros de la montaña, El demonio del Cáucaso, Los cuatro mosqueteros del Zar, Crepúsculo en la noche roja (continuación de Los cuatro mosqueteros del Zar)…
Las referencias son evidentes; no cabe la menor duda de que Julio Verne influyó de forma notable en la obra de Jesús de Aragón. Su producción literaria se concentró entre los años 1924 y 1934. Tras la Guerra Civil española no volvió a escribir (que se sepa) ficción; no obstante, publicó varios libros de contabilidad que fueron durante mucho tiempo materia de estudio obligada para los universitarios de comercio. Falleció el 19 de abril de 1973 en Madrid, a los 80 años.
Me pregunto cuántos grandes autores, con muchas cosas interesantes que decir, habrán pasado desapercibidos a lo largo de la Historia. En esta ocasión, gracias a un artículo de periódico y a una librería que ha tenido la valentía de recuperar y editar una obra ya descatalogada, tenemos la oportunidad de rescatar del olvido a un escritor con una imaginación desbordante, precursor de la ciencia ficción y de la literatura de aventuras en España, que merece ser recordado: Jesús de Aragón, el Julio Verne de Valsaín.
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