Nuestro mundo… 2.200 millones de cristianos, tal vez más; un tercio de la población del planeta, unidos en una creencia fundamental: Jesús de Nazaret. Hijo de Dios o Cristo (vocablo griego que quiere decir “ungido”).
Vivió, enseñó y murió entre nosotros hace ya dos mil años. Pero, ¿qué conocemos de su vida ?
La mayor parte de nuestra información se basa en los 4 evangelios sagrados, escritos por discípulos de Jesús o personas muy cercanas a éstos, en la mayoría de los casos más de treinta años después de su muerte en la cruz.
Estas narraciones nos hablan de un hombre, o un Hombre-Dios, nacido en Palestina, de padre y madre judíos, y que dedicó los últimos tres años de su existencia a proclamar un mensaje al mundo, en donde sólo existe un Dios, que todos somos su hijos y por lo tanto hermanos en espíritu, que todos somos amados por Él y que por la Fe a Él debemos llegar.
Todas estas narraciones describen no sólo enseñanzas maravillosas, sino una vida extraordinaria. Difícil casi siempre, pero plena y milagrosa en muchos casos.
Un hombre, que impactó tanto y tan profundamente en sus seguidores, que tras su muerte y resurrección, se convirtió en su inspiración y fortaleza para impulsar el nacimiento de una religión, que terminaría por extenderse al mundo entero, llevando su mensaje, y celebrando su vida.
Ahora bien, ¿es completa o exacta la información narrada en los llamados evangelios sagrados? Ciertamente, No.
De hecho sólo narran aspectos muy puntuales referidos a su “milagrosa” concepción, y dan muy poca información sobre su infancia, su familia o la mayor parte de la vida de Jesús, los llamados “años perdidos”. En gran medida estos textos se concentran su narración en su “vida pública” o de predicación, sin incluir referencias precisas a fechas de ocurrencia, haciendo citas incompletas o confusas de las enseñanzas del “maestro” e incluso poniendo en evidencia algunas contradicciones en los eventos narrados por los evangelistas.
Casi con seguridad, los hombres que escribieron estos textos no podían recordar con precisión los eventos ocurridos, tanto tiempo después de la partida de su “maestro”, por lo que no es difícil concluir que a pesar del amor sincero profesado a su líder y fundador, y de su buena voluntad al tratar de escribir sobre su vida, sus evangelios pudiesen contener un número importante de errores, omisiones, confusiones y probablemente también, cierto grado de tergiversación.
Pero, ¿es posible contrastar la información de los “evangelios sagrados” con otros textos de la época o posteriores?. Se conocen muchos textos, el evangelio de Felipe, el de Judas, incluso y más recientemente descubierto, el de María Magdalena, y como éstos, otros; pero es una tarea complicada ya que muchos de esos escritos fueron considerados apócrifos por las autoridades de la Iglesia pocos siglos después de la muerte de Jesús, por lo tanto rechazados o destruidos. De hecho, es muy probable que aun disponiendo de tales obras, y que a su vez éstas describiesen momentos y enseñanzas no conocidos de la vida del maestro de Galilea, estos textos pudiesen igualmente presentar un volumen importante de errores de narración o interpretación, debido a que sus autores se basaron en narraciones de eventos lejanos en tiempo, y a los que probablemente nunca asistieron, sumando mayor confusión sobre este asunto.
Tampoco disponemos de textos de primera mano, escritos por autoridades civiles del tiempo de Jesús, que se refieran a hechos públicos de la vida y obra del maestro de Galilea. Ni siquiera su juicio ante el Gobernador Pilatos y su posterior crucifixión, conllevó, hasta donde sabemos, alguna clase de expediente legal o comunicación formal de las autoridades. A lo sumo, una tabla sobre la cruz con el texto de “Jesus de Nazaret Rey de los Judios”.
Ahora bien, volvamos al principio: ¿Cuál es el fundamento de la Fe Cristiana? Es simple, Dios se encarnó, vivió, enseñó y murió entre nosotros dos mil años atrás.
Puede un acontecimiento como ese pasar simplemente desapercibido. ¿Nadie más, humano o celestial llevaría alguna clase de registro de este acontecimiento?Nosotros mismos en esta era tecnológica solemos documentar casi cualquier evento que nos rodea; un almuerzo familiar, un cumpleaños, una graduación, un paseo al parque, un viaje …. y nos preguntamos, ¿es acaso la encarnación de Dios en un mundo de su creación, un evento tan rutinario que no es merecedor de ser grabado de alguna forma ?.
No habría acaso suficientes ángeles que pudiesen estar pendientes y al tanto de todos los acontecimientos que durante 36 años se desarrollaron en nuestro planeta, como para registrar unos eventos que a su vez sirviesen de ejemplo y enseñanza para incontables billones de seres en este basto universo.Obviamente NO.Afortunadamente NO.
La encarnación de Jesús en nuestro mundo:SI fue un evento universalmente importante. SI fue un evento documentado. Y SI fue un evento que ha servido, y me atrevería a decir que aun sirve, de aprendizaje e inspiración para millones y millones de seres en evolución espiritual, no únicamente en nuestro planeta sino en nuestro Universo.
Hay un libro, el cual narra la vida de Jesús basándose una revelación hecha por seres espirituales a un grupo especial de personas en la ciudad de Chicago entre los años 1911 y 1935; y que posteriormente fueron plasmadas en el documento titulado “EL LIBRO DE URANTIA”.¿Mentira o Verdad?. Bien dice la Biblia:
"Mi Pueblo perece, por falta de Conocimiento"... Oseas 4:6
Por Fernando Marrero.