Ted Neeley y Carl anderson, en la foto superior, en sus papeles de Jesucristo y Judas Iscariote respectivamente, en la ópera rock “Jesuschrist Superstar”, estrenada en 1.973 y con giras posteriores hasta veinte años después, que diría Dumas. El Sr. Neeley ha perdido parte de la voz arrolladora, y del aspecto, que demostró en la película de Norman Jewison, algo esperable a los setenta y tres años de edad que cuenta a día de hoy, pero conserva el carisma que hizo inolvidable su papel y su personaje, aún con la magnífica versión española en la que Camilo Sesto encarnó al hijo de Dios, siendo Angela Carrasco quien interpretó a María Magdalena.
Recuerdo que por aquel entonces se escandalizaron muchos sacerdotes por el trato irreverente a la figura de Dios; no estoy en absoluto de acuerdo con ellos. La imagen de proximidad a la gente (que diría nuestro amigo el Sr. Iglesias) es tan imprescindible para los políticos como para los religiosos, y si en aquel entonces, hubiesen leído las letras de los temas interpretados por los actores, seguramente no hubiesen pensado de ese modo. A lo largo de las últimas semans tuve la ocasión de oir nuevamente el muscial, que, desde mi punto de vista, no ha perdido un ápice de su frescura ni su vigencia; tal vez la explosión de las redes sociales hace más actual que nunca a un Judas que le recordaba la escasez de “mass media” en aquella época, desde un escenario tan alejado del infierno como del paraíso.
En fin, un buen momento para recordar el musical que aún puede considerarse de plena actualidad y del que dejo un enlace para quien quiera escucharlo, con las letras sobreimpresas (en inglés, claro).