Editorial Salamandra ~ 9788498384222
Gladys Eysenach es acusada del asesinato de su presunto amante, un joven estudiante de apenas veinte años, y el caso levanta una enorme expectación en París. Madura y excepcionalmente bella para su edad, Gladys pertenece a esa alta sociedad apátrida que recorre Europa de fiesta en fiesta. Envidiada por las mujeres y deseada por los hombres, su vida se airea impúdicamente frente al juez: su infancia, el exilio, la ausencia del padre, su matrimonio, las difíciles relaciones con su hija, su fama de femme fatale, su fijación con la belleza y la juventud... El público, impaciente por conocer cada sórdido detalle, no comprende que la rica y envidiada Gladys, comprometida con un apuesto conde italiano, haya perdido la cabeza por un joven anodino, casi un niño. ¿Quién era la víctima: un amante despechado, un delincuente de poca monta o quizá el testigo incómodo de un secreto inconfesable? ¿Y por qué la acusada insiste en mostrarse culpable y exigir para sí misma un ejemplar castigo?
Superficialidad time
Esta autora ya es constante en este blog. Desde que la descubrí me propuse leer todas sus novelas y con tres libros leídos suyos (El ardor de la sangre, El baile y Nieve en otoño) no era raro que pronto cayera el cuarto y los demás pronto llegarán.
Como los lectores de esta estupenda autora sabrán, las novelas de Irène son muy trabajadas, diseccionan a los seres humanos, su psicología, motivaciones y tiene un estilo muy bello, delicado y introspectivo en la mente de sus personajes. Jezabel podría arriesgarme a decir que es la novela más atrevida o trasgresora que he leído de la autora.
Desde la primera página y la sinopsis sabemos que Gladys ha cometido un crimen. Un crimen espantoso del que desea ser culpada y condenada. A través de la narración in media res (contando el final para luego desglosar la historia) conoceremos la vida de esta rica y hermosa mujer que llegó hasta las máximas consecuencias para conservarse bella e interesante. Gladys Eisenach, nacida en un pueblo de Uruguay llegó a Europa a finales del siglo XIX, muy joven y rápidamente se hizo un hueco en la alta sociedad. Hermosa y rica por la herencia de su madre, era magnética y atraía la atención de todos. Sus conquistas y aventuras fueron harto conocidas por todos. Luego, su matrimonio con un rico empresario le reportó una gran fortuna. Pero la bella Gladys deseaba algo más que cualquier otra cosa: ser siempre joven y hermosa y tener la atención de los hombres por muchos años. Este es un resumen muy escueto del principio de la historia.