Caminando hacia el motín
Que se extiende hasta las casas
los céspedes
de repente estoy vivo
con gente
corriendo
Chacal, seguimos el rastro de los supervivientes de las caravanas.
Recogemos las cosechas sangrientas de los campos de batalla.
De la carne de ningún cadáver se privan nuestros flacos vientres.
El hambre nos lleva hasta fragantes vientos.
Forastero, viajero,
mira fijamente nuestros ojos y traduce
el horrible ladrido de los antiguos perros.
Jim Morrison en Las nuevas criaturas y Los señores (Editorial Fundamentos, 1988).