En este sentido, Rogers cree que el precio del oro va a continuar en los próximos meses ajustándose, tras doce años de crecimiento continuo del precio: “La anormalidad fue que el oro subiera durante 12 años en vertical. Esto no es normal, no es una acción típica. Es anormal, lo cual me preocupa y debería preocupar a los demás gold bugs”.
Esta corrección en el precio del oro ha cogido por sorpresa a muchos inversores, fieles creyentes imbuidos en la mística del oro, los cuales creían que el precio del oro no podía llegar a caer un 30%. Después de esto, los agentes están tomando con más cautela los movimientos del mercado. El oro vuelve a ser una commodity más, dejando de tener el papel protagonista que ha tenido en los últimos años. Sin embargo, el propio Rogers reconoce que existe una diferencia muy grande con respecto a otras materias primas como el petróleo o el gas natural.
Rogers también es conocido por sus análisis de los países en desarrollo y, muy especialmente, el gigante asiático. China es el país que tiene un futuro más brillante y prometedor del conjunto de los BRICs. Sin embargo, el principal problema de estos países emergentes es el caos institucional y el respeto a los derechos de propiedad. Este problema no existe en Singapur, país de residencia de Jim Rogers. Singapur es un país en el que, a pesar de tener unas condiciones climáticas extremas, una orografía imposible y una cuota de territorio cultivable mínima; la seguridad jurídica y la definición clara de los derechos de propiedad han sido los responsables de la prosperidad de este país
El ejemplo de libertad económica que da Singapur, nada tiene que ver con lo que ocurre, por ejemplo en Estados Unidos. La Nación americana, a juicio de Rogers, es el paraíso de la deuda. Subraya la escasa voluntad que tienen las autoridades de parar el crecimiento de la deuda y empezar a ajustar el presupuesto público. Mientras existan QE y medidas extraordinarias de expansión monetaria, la deuda no va a parar de crecer y se convierte, además, en un viaje a ninguna parte puesto que no existe un Plan B para no hundir a la economía en hiperinflación.
“El plan de escape del señor Bernanke es dejar su trabajo. Él no quiere participar de la resaca. No quiere participar de las consecuencias que él mismo está provocando”. Con estas palabras, Rogers deja claro que no existe un plan de salida de los QE y que, si existe, lo desconoce. La guerra de divisas continuará con “más madera” de la Fed, el Banco de Inglaterra o el Banco de Japón. - OroyFinanzas.