Jiménez Fortes, marcando los tiempos.

Por Malaka

Triunfó y salió a hombros. Lo qué todos le recriminaron, llegó. Saúl no tenía, ni tiene prisas. El, mejor que nadie, conoce y sabe de lo qué puede y lo qué quiere. No conoce la apretura de una correa que, por reloj, controla cada segundo de nuestra vida. De su vida. Llegó a Pamplona y dejó otra impronta más de su toreo. El valor por bandera, la quietud por estandarte y el corazón a prueba de bomba. Una sensibilidad especial, con aroma de verdad y que, a su ritmo, va marcando los tiempos. Jiménez se hace dueño de un Fortes que cae rendido a la entrega de Saúl.

Málaga sonríe por el triunfo de uno de sus vástagos que ayer triunfó en tierra que en tiempos pasados también fue colonia malagueña con mando de Galán. Málaga la bella sonríe y Antonio José Galán, el loco Galán, llora de emoción porque Pamplona vuelve a ser territorio malacitano y en esta ocasión con mando del hermano de Verónica, ahijada del inolvidable Galán. La historia está escrita… y Jiménez Fortes va descifrando mensajes.

Vestido de celeste y oro, el mismo que sirvió para conseguir que la biznaga se hiciera vasca, has salido a hombros entre los fieles de San Fermín. Ese vestido, roto hoy, lleva cosido entre bordados un poquito de norte. El norte que te brindó la oportunidad de cumplir tu sueño y que ahora, poco a poco, es testigo también de como se hace realidad. No importa si mereciste más o menos trofeos en la tarde de ayer. La dimensión quedó en el ruedo pamplonica y en la mente de todos los que estábamos contigo, aunque fuese mediante la frialdad de una televisión que, por una vez, nos transmitió cosas distintas. Las ganas de quien quiere ser figura. La inocencia de aquel niño que daba muletazos al aire no hace mucho tiempo. Toda una vida, por corta que sea, a disposición de la afición.

Por delante una temporada preciosa y muchas cosas por llegar y por mostrar, porque como tu muy bien dices, lo mejor aún está por llegar, aunque sea en pequeñas dosis. Y los que te conocemos sabemos que aún no has mostrado lo mejor de ti.

Málaga te espera. Sin prisas. Tu eres el dueño de las agujas que, siempre a compás, van dando sentido a tu profesión y a tu vida.