Jimmy Dean: El lado más gay de James Dean

Publicado el 01 octubre 2011 por Atticus


La generación de los 50’s fue la primera generación de adolescentes que disfrutaba de coche, televisor, habitación propia y de todos los bienes materiales que sus padres y abuelos jamás soñaron. Sobre todo, tiempo libre y una capacidad económica desconocida a su edad. No es casual entonces que el mito de James Dean coincidiera con el nacimiento del rock'n'roll. Por primera vez, los más jóvenes, recién abandonada la niñez, no tenían que preocuparse de cubrir sus mínimos vitales de supervivencia y podían plantearse si les gustaba el mundo que les rodeaba y qué hacer con sus vidas.

La siguiente película de James Dean así lo demuestra. Rebelde sin Causa (Rebel Without a Cause, Nicholas Ray, 1955) arrasó en la taquilla de los cines tanto en los Estados Unidos como en las principales ciudades del mundo. Por primera vez en la historia los jóvenes se sentían representados por aquel antihéroe que frenaba su coche al borde del abismo y reclamaba, con desesperación, que su padre asumiera el rol de conductor de la familia y no se dejara castrar por el egoísmo de una madre autoritaria. Con ese personaje de "Jim Stark”, James Dean rompería todas las barreras, logrando la unión en torno a su figura tanto del público homosexual como heterosexual, así como consiguiendo que se vendieran cuatro millones de camperas rojas similares a las que usó en el filme, y logrando que toda una generación se pusiera en pie, una generación que se sentía defraudada de sus mayores, a los que consideraba que no debía nada, y de la que no había recibido ningún afecto.



Dando por sentado su indiscutible talento y esa extraordinaria fotogenia que lucía ante las cámaras, lo que en realidad consagró a Dean fue su capacidad de dar vida a un nuevo ídolo juvenil. Fueron las chicas y, sobre todo, los gays quienes lo convirtieron en su actor-fetiche favorito. Atraído por la notoria ambigüedad de Jimmy, al público homosexual no le pasó desapercibida la tensión erótica latente en algunas escenas, como las rodadas junto a Platón (Sal Mineo) en Rebelde sin Causa. Sal Mineo era por aquel entonces un adolescente de 16 años que estaba iniciando su carrera en cine y televisión, y es considerado el primer joven que protagonizó a un gay en la pantalla grande, una preferencia sexual que también compartía.


Que al personaje de Platón le atraían los hombres se veía venir desde el inicio de la película. Y si no, ¿a qué venía la foto de Alan Ladd guardada en su casillero de la escuela?. También saltaba a la vista la atracción por su compañero Jim Stark (James Dean) desde el momento en que lo conoce reflejado en el espejo de su casillero, por más que los censores intentaran enmascararlo bajo una relación que aparentaba suplir la carencia afectiva del menor. El público gay, en cambio, lo detectó al primer impulso. A muy pocos pasó desapercibida la forma en que Platón se comportaba con su amigo, las miradas, los gestos y hasta un beso que se llegaron a dar los dos en una escena eliminada por la censura. Muchos se sintieron identificados con aquel jovencito de aspecto latino y envidiaban su privilegiada proximidad junto al rubio actor. Además, por primera vez un adolescente gay no era caricaturizado en la pantalla.
Lo que no todos sabían es que Salvatore Mineo Jr. también amaba en silencio a James Dean. De esta fascinación fue consciente el propio Nicholas Ray, quien la aprovechó para dar mayor intensidad a la cinta. Cuando su biógrafo Paul Jeffers le preguntó si se había acostado con Jimmy, Mineo contestó: “De habérmelo pedido, habría ocurrido al momento”, añadiendo: “Si hubiera comprendido entonces que un chico podía enamorarse de otro…, pero no lo comprendí hasta años después, cuando ya era demasiado tarde para Jimmy y para mí.” Sal Mineo estuvo nominado al Oscar en dos ocasiones, ambas como Mejor Actor Secundario por Rebelde sin Causa y por Éxodo (Exodus, Otto Preminger, 1960), y al igual que sus coprotagonistas en la cinta de Nicholas Ray, James Dean y Natalie Wood, murió joven. Con 37 años entró en su apartamento y un maniaco le mató a puñaladas, aunque mucho se ha especulado si su asesino era un prostituto que había contratado o fue simplemente producto de la mala suerte.

Según sus biógrafos, A James le gustaba reunirse con muchos amigos, sentir que era el centro de atención, y obligándoles a escuchar como recitaba las obras clásicas sin parar. También cuentan de esas reuniones, a las que asistían: Sal Mineo Natalie Wood, Ursula Andress, Montgomery Clift, Liz Taylor, Pier Angeli y otros muchos mas, los excesos constantes del actor y la mínima importancia que le daba a su físico, a su salud. Deseaba sentirse amado, admirado y su egocentrismo en estas reuniones eran realmente asombrosas, como todo lo que rodeó siempre a este mito del cine.
El suyo fue uno de los peores casos de fama mal digerida. Escupía a los retratos de las estrellas que decoraban la Warner, orinaba en público, no se lavaba y apestaba, y solía fingir que perdía al toser el puente que suplía los dientes delanteros que perdió jugando de crío. Una de sus últimas travesuras, poco antes de morir, fue hacerse fotos dentro de un ataúd. "Lo más escalofriante", bromeó ignorando lo pronto que iba a ocupar uno semejante, "es que al cerrarlo, la tapa te aplasta la nariz".
Su homosexualidad era un lastre que James llevaba desde niño, la sentía vergonzante, (testimonio de Elizabeth Taylor), y la ocultó siempre con cinismo festivo. Es incuestionable que la mayoría de sus amigos (Jonathan Gilmore, Jack Simmons, Sal Mineo, Tab Hunter, Nick Adams) eran gays y que convivió con alguno en plan más que íntimo. Cuentan que mientras rodaba Rebelde sin Causa frecuentaba con asiduidad un club gay, donde se inició en juegos sadomasoquistas. A James le gustaba ser manipulado por todos, ser violentamente seducido en el más amplio sentido de la palabra. Una de sus mas conocidas desviaciones era ser pisoteado totalmente desnudo por todas las partes de su cuerpo, y para ello elegía cuidadosamente a sus torturadores, siempre hombres de cuero negro, fuertes, atractivos, a los que pagaba cantidades exageradas de dinero, y con los que acababa en su casa, dejándose hacer de todo. En el examen medico que se le hizo después del accidente, consta que su cuerpo, en especial el torso, estaba lleno de las más extrañas cicatrices.
En “Boulevard of Broken Dreams”, Paul Alexander publica que el actor estadounidense era "masoquista y homosexual" y que "le gustaba tanto hacerse quemar los brazos con cigarrillos, que sus amigos más íntimos lo habían bautizado el cenicero humano". Afirmaciones basadas en entrevistas realizadas a lo largo de tres años con amigos del actor y de hombres que supuestamente mantuvieron relaciones sexuales con él, "Dean era un homosexual asumido, que odiaba a las mujeres, pero que se veía obligado a frecuentarlas porque la empresa Warner se lo exigía". Curiosamente, en la Unidad de Servicio Selectivo de Fairmount el actor expresó (y fue la única vez que lo hizo) su repulsa a ser reclutado para Corea aludiendo que era homosexual, que entonces estaba clasificado como trastorno mental por el gobierno de Estados Unidos. En realidad, podría haber alegado tener “pies planos”, que también eximía del servicio militar. Años después, en una entrevista que concedió le preguntaron:
-¿Como hizo usted para librarse de ser reclutado?
Su respuesta:
-¡Le di un beso al médico!
Del mismo modo, en una entrevista en la que le preguntaron si era gay, el actor tuvo la ocurrencia de responder: “No, no soy homosexual. Pero tampoco voy andando por la vida con una mano atada detrás de mi espalda”.


Rodando Rebelde sin Causa, el director Nicholas Ray tuvo que llevarle a una farmacia para comprarle un medicamento para combatir una infección que el actor padecía en sus genitales. La actriz Natalie Wood, a quien también se le atribuye un enamoramiento con Dean, se quejaba que éste no paraba de rascarse y eso la ponía enferma. También se dice que en un descanso del rodaje del film, y cuando se disponía el grupo a comer, tiró toda la comida al suelo sin motivo. Eran reacciones de un enfermo y como tal se comportaba.
Temprano en la carrera del actor, después de que hubo firmado su contrato con la Warner Brothers, el Departamento de Relaciones Públicas del Estudio comenzó a generar historias sobre las amistades de Dean con una variedad de jóvenes actrices que procedían en su mayoría de la clientela de su propio agente, Dick Clayton. Los comunicados de prensa del estudio también apuntaban a "Dean junto con otros dos actores, Rock Hudson y Tab Hunter, identificados cada uno de ellos como un 'soltero disponible' que todavía no ha encontrado tiempo para comprometerse a una sola mujer: 'Dicen que sus planes cinematográficos están en conflicto con sus planes de matrimonio'..."

La relación más recordada del actor con una mujer fue con la joven actriz italiana Pier Angeli, a quien conoció mientras ella filmaba El Caliz de Plata (The Silver Chalice, Victor Saville, 1954) en un lote adyacente de la Warner, y con quien él intercambiaba costosas joyas como muestras de amor. La madre de Angeli desaprobaba la relación porque Dean no era católico. En su autobiografía, el director de Al Este del Edén, Elia Kazan, descartó la creencia de que Dean no podría haber tenido éxito con las mujeres por sus preferencias sexuales, refiriéndose paradójicamente al romance de Dean y Angeli, afirmando que había escuchado sus gemidos haciendo el amor en el camerino del actor.

Por un corto tiempo la historia de un romance entre Angeli y Dean incluso fue promovida por el mismo Dean, lo que alimentaba a varios columnistas de chismes y su coprotagonista, Julie Harris, quien en entrevistas ha informado que Dean le dijo acerca de estar locamente enamorado de Angeli. Sin embargo, a principios de octubre de 1954, Angeli inesperadamente anunció su compromiso con el cantante italo-americano Vic Damone, causando una profunda irritación en el actor.


Angeli se casó con Damone al mes siguiente y los columnistas informaron que Dean, o alguien vestido como él, fue captado vigilando la boda desde la carretera montado en su motocicleta. Sin embargo, cuando William Bast lo cuestionó acerca de los informes, Dean negó que hubiera hecho algo tan "tonto" y tanto Bast, como Paul Alexander, creen que la relación fue un simple ardid publicitario. Por su lado, Pier Angeli sólo habló una vez acerca de esta relación en su vida posterior, en una entrevista dió vívidas descripciones de las reuniones románticas que sostuvo con Dean en la playa. El biografo John Howlett calificó a estas declaraciones como deseosas fantasias, tal como Bast afirma que son.
Además también se cuenta que Dean, devastado por el compromiso de Angeli, se encontró con Damone en un restaurante en la víspera del casamiento y le dijo: “Tú te puedes casar con ella, más ella no es tuya, nunca lo fue y nunca lo será.” Los dos hombres se agarraron a golpes y los guardias de seguridad tuvieron que separarlos. Meses después, Dean se encontró con Vic Damone nuevamente la noche anterior del nacimiento del hijo de éste. El feliz padre tomó una botella de champagne y dirigiéndose hasta la mesa donde Dean estaba, le expresó: “Vamos brindar por mi hijo.” Jimmy levanto su copa y respondió: “Brindaré por mi hijo en cualquier momento.” Damone confesaría más tarde que tenía dudas en cuanto a la paternidad de su vástago.


La siguiente y última película de James Dean en plan estelar fue Gigante (Giant, 1956), de George Stevens, poderosa adaptación de la novela de Edna Ferber sobre la trayectoria de una familia de ganaderos en Texas durante tres generaciones, y en la que lo acompañaron nada menos que Elizabeth Taylor, Rock Hudson, Carroll Baker, y nuevamente como en Rebelde sin Causa, Sal Mineo y Dennis Hopper. Ahí, Dean interpretó a “Jett Rink”, un arrogante y joven empleado de la familia Benedict que tiene la suerte de encontrar petróleo en unas tierras que le ha heredado; pero, a pesar de su inmensa fortuna, no consigue lo que realmente le importa: Leslie (Elizabeth Taylor), la esposa de “Jordan Benedict” (Rock Hudson).

Tanto para Taylor como para Hudson, esta película significó su gran oportunidad como estrellas protagonistas, y junto a James Dean, comenzaron una famosa amistad que hubiera durado años. Rock Hudson se imponía como el galán de moda de los 50’s, alto, atlético y varonil, sin embargo también llevaba cargando un secreto a cuestas: era homosexual, y tanto él como Dean encontraron en Liz Taylor a la mejor confidente de sus anhelos e inseguridades. James confesaba a la actriz sus inquietudes, sus penas y preocupaciones, pero jamás siguió las pautas que le aconsejaban, era un hombre libre, temperamental, emocionalmente inestable y con personalidad tan variable que sería un paciente francamente interesante para cualquier psicólogo. Tenía todos los perfiles del clásico esquizofrénico y como tal se comportó durante su corta vida.



Gigante se rodó durante la primavera de 1955, bajo un calor sofocante, acrecentada por la rivalidad absoluta entre Hudson y Dean, a pesar de existir una atracción de James hacia Rock que traspasaba la misma cámara. Dean llegó hasta las manos en más de una ocasión, sintiendo celos del actor, al que llamaba cerdo y al que llegó a odiar por sentirse rechazado. Todo esto lógicamente fue incomodo para el equipo, sobre todo para Elizabeth Taylor que era amiga de ambos, pero gratificante por el resultado final, en donde los personajes interpretados por ambos, reflejan, mejor que en cualquier otro film, la rivalidad, el poder, el amor y el odio entre dos hombres por la conquista de la tierra a través de la figura de una bella mujer.



Hay una entrevista que le realizaron meses antes de fallecer, en la cual el propio periodista puntualizaba su labor como una de las peores experiencias de su vida. Durante su trabajo- cuenta el entrevistador- el carácter de James Dean fue de lo mas cambiante, desde quedarse mirándole fijamente sin pestañear, hasta responder con una frase totalmente fuera de contexto, como ir haciendo cosas extrañas con los dedos y enmudecer, marcando pausas a su antojo. Ya en aquellos días la adicción por las drogas, el alcohol y demás sustancias, habían marcado la vida de James de forma dramática. Fumó marihuana durante el rodaje de Gigante de forma constante. George Stevens tuvo que ordenar retiraran los primeros planos del actor en el film, porque se veía perfectamente en sus ojos ese halo de estar ausente, producido por la droga.


El último interés romántico de James Dean en 1955 fue la guapa Ursula Andress, actriz suiza que contaba entonces con 19 años y que comenzaba apenas su carrera en el cine. Había intervenido en tres películas italianas con pequeños papeles, y estaba recién llegada a Hollywood con un contrato firmado con Columbia Pictures, gracias al apoyo que le confirió otro de sus intereses románticos, Marlon Brando. Con James Dean tuvo una breve pero agitada relación, antes de que casarse con el actor John Derek en 1957.



William Bast escribe sobre su relación con el actor durante sus últimas semanas de vida: “El siguiente año y medio estuvo lleno de más trabajo en televisión para mí y tres películas para Jimmy, Al Este del Edén, Rebelde sin Causa, y Gigante. Jimmy estuvo en locación mucho tiempo, pero llegamos a pasar tiempo juntos entre las películas. Fue un periodo increíble, Jimmy repentinamente se volvió una estrella de cine, yo lentamente hacía más televisión. Entonces, tan de repente, todo esto acabó. Al menos, para Jimmy…”


Y es que el 30 de septiembre de 1955, el "Golden Boy" encontró su muerte a los 24 años de edad en un accidente de tránsito a bordo de su Porsche 550, cuando se encontraba en la cima de su corta carrera artística. Dean participaba en competencias de automóviles, pero el día que iba a debutar con el nuevo 550, ocurrió la tragedia.
James casi había finalizado el rodaje de Gigante y tenía libre la jornada siguiente para participar de una competencia automovilística en el aeropuerto de Salinas, cerca de San Francisco: por eso, el actor tenía su novísimo Porsche 550 en los talleres de Competition Motors, donde su amigo y mecánico Rolf Wuetherich le daba los últimos ajustes antes de ponerlo en pista por primera vez. Al principio intentó llevarlo a Salinas sobre un tráiler enganchado a su Ford Station Wagon ´55, pero finalmente decidió rodarlo para tener una idea de cómo se comportaba antes de encarar el primer desafío con el 550. La noche anterior le dejó su gato a su amiga y compañera de filmación Elizabeth Taylor para que se lo cuidara, le dijo que temía que algo le iba a pasar.


Con respecto al nuevo Porsche -apodado "Little Bastard" (pequeño bastardo) por su dueño- sus amigos le habían advertido el peligro que iba a correr de no manejar con prudencia su máquina, lo que constituiría toda una premonición acerca de los acontecimientos del 30 de septiembre. Por la mañana el actor telefoneo a Ursula Andress y le pidió ir con él a San Francisco, pero después de hablar con John Derek, la actriz no se sentía dispuesta a abandonar a su nuevo prospecto amoroso. Jimmy se dio cuenta que Ursula estaba enamorada de Derek, así que abandonó Los Ángeles sin ella y decidió viajar acompañado por Wuetherich. El ídolo de los jóvenes comienza su periplo, pero antes se detiene en Blackwells Corner para comprar una Coca-Cola y una manzana.

Reanuda la marcha, y una hora después -llegando a la intersección de las rutas 41 y 46, cerca de la ciudad de Cholame (a unos trescientos kilómetros al noroeste de Los Ángeles)- James avista otro auto en la mano de enfrente. "Tiene que detenerse, tiene que vernos" gritó Dean. Pero no fue así: Dean choca de costado con un Ford Custom Tudor coupe modelo ´50 manejado por Donald Turnupseed, un estudiante que venía en la dirección opuesta y al parecer no advirtió la presencia del Porsche plateado en la mano contraria. Rolf sale despedido del coche, se quiebra una pierna, tiene contusiones múltiples y cortes, pero el popular actor sufre fractura de cuello y múltiples heridas internas, por lo que muere camino al hospital de Paso Robles el 30 de septiembre de 1955... Entre los pliegues de su mítica campera de cuero rojo estaba la medalla de San Cristóbal que le había dado Pier Angeli. Dean solía asegurar, con sonrisa triste, que nunca le iba a pasar nada gracias a esa medalla. Turnupsed sufrió heridas menores y declaró que nunca vio el auto de Dean acercándose al frente, hecho que parece entendible debido al reflejo del atardecer y el color plateado del coche de Dean. Los familiares de Jimmy no presentaron cargos contra el conductor del Ford ´50. Pero el asunto no quedó allí... En 1981, Wuetherich murió en un accidente automovilístico en Alemania, cuando conducía un Honda por una autopista.





Con una carrera cinematográfica de apenas 16 meses, Jimmy Dean se había convertido en el símbolo de toda una generación. Los fans se negaron a creer la desaparición del ídolo: se tejieron historias que lo daban por vivo, aunque terriblemente desfigurado luego del accidente. Los genios de promoción de la Warner no lo habrían planeado mejor. Si el objetivo era vender la imagen de James Dean, un ídolo juvenil en ciernes pero con un futuro limitado por su gran espíritu de autodestrucción, el destino brindó la solución más imaginativa, incluso con unas gotas de grandeza épica: un accidente de tráfico. No uno más, sino el más famoso de la historia. ¿La fecha? La ideal, el 30 de septiembre de 1955, cuatro días antes del estreno de Rebelde sin Causa. Gigante estaba finalizando su producción. Para el público fanático, Jimmy había estrenado una sola película, Al Este del Edén; si no se cuentan las tres en las que había salido como extra.
Por su interpretación en Gigante, fue nuevamente nominado póstumamente al Oscar en la categoría de Mejor Actor en 1957, compartiendo esta nominación con su coestrella Rock Hudson, también nominado como Mejor Actor. La cinta recibió la candidatura a Mejor Película, pero de sus 10 nominaciones únicamente obtuvo el Oscar a Mejor Director para George Stevens. Fue el año en que el ruso Yul Brynner ganó su estatuilla por interpretar al Rey de Siam en el musical El Rey y Yo (The King and I, Walter Lang, 1956), y que como Mejor Película vencía la pintoresca y millonaria adaptación de La Vuelta al Mundo en 80 Días (Michael Anderson, 1956), producción de Mike Todd (esposo de Elizabeth Taylor) que era protagonizada por David Niven y el mexicano Mario Moreno “Cantinflas”. A la fecha, James Dean ha sido el único actor que ha sido nominado en dos ocasiones al Oscar póstumamente y de manera consecutiva.

El 28 de julio del 55, aprovechando una pausa del rodaje de Gigante en los estudios de Warner Bros., Dean y su entrevistador (el actor Gig Young) grabaron un spot en un plató contiguo, para su futura emisión en televisión. Vestido como el joven Jett Rink, sombrero de cowboy incluido, Jimmy charló con Young sobre coches, sobre su éxito en las carreras y sobre los peligros de conducir rápido en la autopista:
Gig Young: Hola Jimmy.
James Dean: Hola Gig.
Young: Hemos invitado a Jimmy porque él es un piloto de coches. Uno de verdad, no un loco. Creo que debería explicar que Jimmy acaba de llegar del plató de la película Gigante, dónde tiene el papel de un tejano. Hablando de carreras, ¿has estado alguna vez en una carrera de velocidad?
Dean: ¿Estás bromeando?
Young: Te lo tenía que preguntar. No, Jim corre respetando las reglas de las carreras de verdad, en circuitos. ¿Qué velocidad alcanza tu coche?
Dean: ¡Oh!... Cronometrado, puede llegar a 169, 170 Kms/h.
Young: Has ganado algunas carreras, ¿verdad?
Dean: Una o dos.
Young: ¿Dónde?
Dean: Me coloqué bien en Palm Springs. He corrido en Bakersfield.
Young: Jimmy, seguramente habrá muchos jóvenes que están viendo hoy este programa... y por su bien, quisiera tu opinión de la velocidad en la autopista. ¿Crees que es buena idea?
Dean: Buena pregunta. Solía correr bastante... he corrido riesgos muchos riesgos innecesarios en las autopistas. Comencé a correr y ... ahora, cuando conduzco en las autopistas, soy muy precavido. Nadie puede saber lo que hacen los otros. No sabes lo que ese tipo va a hacer o no. En el circuito hay muchos hombres que pasan mucho tiempo estableciendo reglas y normas de seguridad.
Dean: Me he vuelto más cauteloso en las autopistas... no tengo necesidad de correr en las autopistas. La gente dice que correr es peligroso... pero y me arriesgo en los circuitos y no en las autopistas. Bueno, Gig, es mejor que me vaya.
Young: Espera un momento, Jimmy, otra pregunta. ¿Puedes dar un consejo a los jóvenes que conducen?
Dean: Conducid despacio. La vida que salvéis puede ser la mía…


Hoy día, James Dean a menudo es considerado un icono debido a su "experimental" forma de vida que incluyó su sexualidad ambivalente. El guionista Gavin Lambert, él mismo homosexual y parte de los círculos gay de Hollywood en los 50’s y 60’s, describe a Dean como homosexual. Asimismo, Nicholas Ray, el director de Rebelde sin Causa, dijo que el actor era homosexual. Sus biografos, William Bast y Paul Alexander, también lo aseguran, mientras que John Howlett concluye que Dean era “ciertamente bisexual”.
Bast asegura: “Habiendo probado ambos lados del banquete sexual, Dean estaba a punto de definir su sexualidad cuando murió”. Aseveraciones fundadas en varias declaraciones del propio Dean, como por ejemplo, éstas: "Un actor debe aprender todo lo que se puede saber. Experiencia; hay que experimentarlo todo, o acercarse a ella lo mas posible." “No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino”. “Lo mejor de ser soltero, es que te puedes meter en la cama por el lado que quieras”.
En las biografías televisivas que se han hecho sobre el actor, pocas son las que exploran ese aspecto de su vida. Sin embargo esto parece que va a cambiar, ya que el escritor y director de cine norteamericano Matthew Mishory dará a conocer próximamente el filme que el mismo ha escrito y dirigido titulado Joshua Tree, 1951: A Portrait of James Dean, en el que muestra, sin censuras, la vida sexual de Dean. Producida por Iconoclastic Featurs, en el rol principal de la película, filmada en blanco y negro, figura James Preston, joven modelo y actor que se ha hecho conocido a través de la nueva serie de televisión The Gates, y por el trailer podemos adivinar que se trata de una aproximación al lado más gay del actor.


La película parece interesante y con una fotografía bastante buena –muy al estilo de A Single Man, pero en blanco y negro-, y aunque no se ha buscado que los interpretes que en ella intervienen tengan la apariencia física de las estrellas que retratan, todo parece indicar que este filme independiente e intimista, será la sensación para todos los fans del fallecido actor. El título de la película hace alusión al famoso parque nacional estadounidense, y el año 1951 nos permite adivinar la ubicación temporal de la trama. 1951 fue el año en que Jimmy comenzó su trabajo televisivo en Nueva York, y debutaba como extra en el cine. Además, y mientras compartía habitación con William Bast, se involucraba con Rogers Brackett, conocía a Liz Sheridan y se matriculaba en el Actor’s Studio. ¿Qué pasó en Joshua Tree ese año? Lo descubriremos cuando veamos la película… Lo verdaderamente interesante de todo esto, es que, a 56 años de su muerte, Jimmy Dean continúa tan vigente y tan lleno de fama como cuando expresaba: "No sólo quiero ser el mejor. Quiero llegar tan arriba que nadie pueda alcanzarme; y no para demostrar nada, sino para estar donde hay que estar cuando se le dedica toda la vida y todo lo que uno es a una cosa."




“Creo que sólo hay una forma de grandeza para el hombre. Es cuando un hombre puede salvar la brecha entre la vida y la muerte. Quiero decir, si puede vivir después de que ha muerto, entonces tal vez fue un gran hombre. Para mí el único éxito, la única grandeza, es la inmortalidad. […]Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver…”