Jindama aparece registrada en el DRAE desde la primera edición del diccionario. En la vigésima edición -de 1984-, se registra además el término jinda, abreviación de jindama, con su mismo significado.
Sea como fuere, nuestra voz de hoy proviene del caló, lenguaje cañí de los gitanos españoles. Se trata de una palabra característica del habla popular y coloquial, y significa miedo o cobardía: una especie de emoción desagradable, provocada por la percepción de peligro real... o imaginario.
Como ejemplo de uso de nuestra voz de hoy recurrimos a Nancy y el bato loco, de Ramón J. Sender (1901-1982, escritor español):
“…Eso es pura jindama — dije yo. Oí otra vez reír disimuladamente al mayordomo, detrás de mí. — ¿Qué jindama? — preguntó el duque. Yo no soy más flojo que los demás. — La jindama de los años. ...”
¡Hasta el próximo achaque!
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